
César Luis Menotti y Argentina 78… Personaliza Fifa 23
octubre 11, 2022Uno de los grandes, César Luis Menotti ‘El Flaco’, el entrenador que llevó a Argentina a conquistar su primer Mundial en 1978. Fue la gran conquista de un técnico que ocupó, entre otros, los banquillos de Huracán, River Plate, Atlético de Madrid, Barcelona o Sampdoria. Sin embargo fue con la Selección de Argentina donde se ganó la inmortalidad con un equipo con nombres como los de Passarella o Kempes y una 4-3-3 en la que plasmó todas sus ideas ofensivas. En César Luis Menotti y Argentina 78… Personaliza Fifa 23 te explicamos cómo sería aquel equipo en tu juego Fifa 23.
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Trayectoria
Tras retirarse como jugador, ‘El Flaco’ debutaba como entrenador de Newell’s en 1970. En 1971 llegaba al banquillo de Huracán y en 1973 conquistaba el título de Primera División (Torneo Metropolitano 1973). Un punto de inflexión, porque el joven entrenador daba a conocer su estilo. Apenas tenía 36 años cuando Menotti fue el elegido por la AFA (1974) para dirigir la Selección de Argentina. Cuatro años después, en 1978, era campeona del Mundo. Eran tiempos extraños en el fútbol argentino, competitivo a nivel de clubes pero un desastre a nivel de selecciones.
En 1983 fichó por el FC Barcelona. Dos temporadas. Abandonaría el Camp Nou con una Copa del Rey, una Copa de la Liga y una Supercopa de España. Tras su paso por Boca Juniors (1986), volvería a la Liga con el Atlético de Madrid en la 1987-88. Club Atlético River Plate y Peñarol antes de ponerse a los mandos de la Selección de Mexico (1991). Boca Júniors, Independiente, Sampdoria, Independiente, Rosario Central, Independiente… Fue un trotamundos de los banquillos.

Once tipo
No fue un camino sencillo. ‘El Flaco’ decidió dejar fuera del combinado nacional a la mayor promesa en aquel momento, Diego Armando Maradona. «En la selección manda Menotti y nadie más» decía. La opinión pública se le echó encima, pero el tiempo le daría la razón.
Construyó su selección sobre una 4-3-3. Lo cierto es que Menotti siempre afirmaba que «Prefiero los conceptos por encima de los esquemas. Hablar puesto por puesto implica caer en una peligrosa atomización, como si cada uno de ellos fuese un mundo aparte, despegado del conjunto. Y no es así. Cada posición adquiere su real dimensión cuando se mira con vistas al funcionamiento del equipo»
Fillol, portero de reflejos y liderazgo, fue su titular. La defensa la mandaba Daniel Passarella. Le acompañaba Galván en el centro y Olguín y Alberto Tarantini en los laterales. En el centro del campo había más variables. Gallego era el pivote defensivo.Osvaldo Ardilles era el motor, ‘box to box’ capaz de combinar en corto. Al centro del campo se acabó uniendo Mario Kempes ‘El Matador’, máximo goleador del torneo y mejor jugador. Delantero, su reubicación en la línea de tres fue determinante. Comenzó el Mundial jugando como extremo izquierdo, pero su capacidad de conducción y atacar los espacios le llevaron a una nueva posición.
Arriba Luque ejerció de delantero. Tenía gol, pero también inteligencia para generar espacios para los demás. Se adaptaba a la perfección a lo que Menotti quería para su equipo. Bertoni, Houseman y Ortiz se repartieron la titularidad como extremos.

Ataque
Menotti siempre apostó por el juego ofensivo. La técnica de los jugadores debía ponerse al servicio del equipo. Sentimiento de equipo y colectividad. El equipo debía querer la pelota, amasarla. No había problema en tenerla con pausa. Salvo momentos puntuales, no había transiciones directas defensa-ataque, sino que todo partía de una contrucción lenta de la jugada. Si se quiere el balón, se quiere el pase. Las combinaciones entre sus jugadores eran una constante. Se tocaba y tocaba buscanso siempre darle sentido a la jugada.
Qué mejor manera de comenzar la jugada que desde la defensa, desde las botas de Passarella. Era la primera salida de balón. A partir de ahí, apertura a los laterales, continuidad por el interior a través de los centrocampistas o pase en largo a los extremos si la oportunidad era buena. Passarella se convirtió en un referente desde el centro de la zaga.
Los laterales se proyectaban el ataque. Con ello no sólo se generan espacios en amplitud, sino nuevos escalones de pase. Pero su avance iba más allá del centro del campo. Porque los extremos ocupaban posiciones interiores. De fuera hacia dentro era su juego. Bertoni y Ortiz atacaban por dentro y Tarantini y Olguín ocupaban zonas de extremos.