Cholo Simeone y el Atlético de Madrid 2020-21… Personaliza tu Fifa 21

Decían que su ciclo al frente del Atlético de Madrid había llegado a su fin, que su estilo estaba agotado, pero Cholo Simeone demostró su capacidad para reiventarse a sí mismo y reinventar un equipo que siete años después volvía a proclamarse campeón de Liga (2020-21). El orden y el sacrificio no se discuten, pero ahora lo hace desde un planteamiento inicial sobre el campo muy diferente. Si durante años el técnico argentino hizo de su 4-4-2 la seña de identidad de su equipo, en la 2020-21 los del Wanda Metropolitano levantaron el título a partir de una defensa de tres centrales muy de moda en Europa en la temporada del covid-19.  En Cholo Simeone y el Atlético de Madrid 2020-21… Personaliza tu Fifa 21 te explicamos cómo era el estilo de juego en esta 5-3-2 y 3-1-4-2 diseñada por el técnico argentino.

Dos ligas en diez temporadas

Llegó Cholo Simeone en diciembre de 2011 al Atlético de Madrid como su gran oportunidad en Europa, donde ya había provado suerte en el Catania italiano.  Los malos resultados de Gregorio Manzano le abrieron la puerta. Volvía Simeone a su ‘casa’, un Atlético de Madrid que había despertado en los últimos años de la mano de Javier Aguirre o Quique Sánchez Flores (UEFA Europa League 2010, Supercopa de Europa).

Aterrizó en el Calderón, hoy el Wanda Metropolitano, en diciembre de 2011 y apenas unos meses después -mayo 2012- Cholo Simeone levantó su primer título, la UEFA Europa League 2012. Un éxito. Pero el que de verdad caló profundo fue la Liga 2013-14 en una temporada en la que, además, se alcanzaba la final de la Champions 2014 en Lisboa. Fue la confirmación de que el Atlético de Madrid podía pelear con los grandes. Volvería dos años después a la final de la Champions 2016, esta vez en Milan pero de nuevo ante el Real Madrid. La derrota fue un mazazo anímico. Desde entonces se cuestionó si Cholo Simeone era capaz de sacar lo mejor a un equipo que parecía hecho para mucho más que para ‘defender’. Sin embargo su segunda Liga (2020-21) ha sido el respaldo que el proyecto del argentino necesitaba para volver a ser ambicioso.

Once tipo

Tenía que haber sido el año de Joao Félix, pero fue el del uruguayo Luis Suárez. El talento y la creatividad del joven jugador portugués no terminan de encontrar acomodo en el sacrificado estilo  de Simeone. No así el uruguayo, un regalo del Barcelona, que le echó del equipo por ‘mayor’ y acabó por ser el mejor fichaje de la Liga.

Sin el portugués enchufado, Morata cedido en la Juventus y Diego Costa ‘retirado’ en invierno,  la delantera se abrió para Llorente, pero en especial para Correa, cuya versatilidad le dieron la opción de la titularidad. Una titularidad que en defensa de tres centrales se ganó Mario Hermoso, un central de gran salida de balón que se adaptó a la perfección al perfil zurdo tanto en defensa.

Rediseñó el armazón del equipo Simeone tras la marcha de Thomas Partney al Arsenal. Escoltó a Koke con Saúl, cuya temporada fue muy discreta, y Llorente, un portento físico en todos los sentidos. Carrasco se amoldó al carril y Oblak siguió siendo un seguro bajo palos. Todos ellos en una 5-3-2 y 3-1-4-2 capaz de mutar en los partidos a 4-4-2 si era preciso.

Y todo ello con alternativos como Lodi, un lateral izquierdo ofensivo, Lemar, Kondogbia… Y el propio Joao Félix en el banquillo.

Ataque

El cambio de dibujo cambia el modelo de juego. Si la 4-4-2 daba pie a un juego mucho más vertical y directo, la 5-3-2 y la 3-1-4-2 aportan un nuevo enfoque. Frente a las rápidas transiciones y la salida vertical por banda, el Atlético 2020-21 es mucho más paciente y ordenado. Eso no signitica dominar los partidos ni la posesión, aunque puede hacerlo. Suben los pases y disminuyen los centros al área.

La figura de Mario Hermoso cobra relevancia en la creación de jugada. Cuando el equipo se posiciona en 4-4-2, actúa de lateral. Si juega en 5-3-2 y 3-1-4-2 pasa a ser el tercer central. Un central con salida de balón. Savic y Giménez mantienen la posición pero Hermoso no tiene problemas para adelantarse con el balón. El Atlético gana una pieza en la construcción, y con ello seguridad con el balón con tres centrales muy abiertos. Se ganan espacios para avanzar y lanzar el pase.

Koke gana presencia en la medular como organizador. Siempre escoltado por Saúl y con Llorente un paso por delante. Porque el ex del Real Madrid, al que Cholo Simeone llegó a posicionar como segundo delantero, recorre metros con fuerza y potencia. Sus llegadas al área son constantes. Un ‘box to box’. Por la derecha Trippier equilibra sus subidas y lanza el centro al área. Por la izquierda Carrasco es diferente. Realmente es un extremo. No se le exige lo mismo en defensa porque en ataque se busca su protagonismo. Debe llegar a zonas de regate y disparo. Sus diagonales al área son un recurso muy frecuente.

En ataque uno de los puestos era para Joao Félix. Su talento y técnica son incuestionables, pero el Atlético de Madrid exige un sacrificio que no quiso asumir. La opción de Correa fue ganando adeptos. No es un delantero al uso, sino un centrocampista derecho (MD) pero su velocidad, movilidad y conceptos ofensivos le dieron la oportunidad. Porque el argentino se mueve hacia los espacios que no ocupa Trippier hacia línea de fondo. Movilidad como la de Suárez. El uruguayo no se conforma con ocupar el área sino que siempre espera el desmarque. Por dentro y por fuera, además de referencia en salida de balón.

En defensa el equipo mantiene su posicionamiento compacto, tanto en la verticalidad como en la horizontalidad. Se reducen los espacios. El rival sufre para encontra el hueco interior. Inclusive, en transiciones defensivas el Atletico se reposiona en 4-4-2. Las piezas se reposicionan. Los laterales-carrileros se pegan a los centrales. Siempre con la máxima intensidad.