Hogwarts Legacy

Para los amantes y aficionados de Harry Potter, una obra maestra. Para el resto, la duda. Hogwarts Legacy es una maravillosa apuesta de Avalanche por trasladar el mundo de Harry Potter. Y lo consigue. A través de un RPG de acción en mundo abierto, su maravillosa ambientaciones nos traslada al mundo de Hogwarts diseñado al más mínimo detalle. Pero para mi gusto, ahí acaba todo.

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Hogwarts Legacy no sólo se estructura sobre un modelo de juego que ya hemos visto en multitud de ocasiones, incluso mejor desarrollado como ocurre en los Assassin’s Creed u Horizon, sino que lo hace sobre una historia que termina siendo demasiado simple y sencilla, sin apenas giros de guion, sorpresas o momentos culmen.

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A ello le sumamos un enorme mundo abierto maravilloso pero al que no le hemos sacado ningún partido. Si en otros videojuegos debemos completar ‘obligatoriamente’ misiones secundarias para mejorar nuestro personaje, avanzar en la historia principal o añadir matices que completan la historia principal, en este caso no resultan apenas necesarias. Podemos avanzar en la historia sin apenas más de lo necesario. A ello se une la ‘ausencia’ de verdaderos jefes finales de alto nivel. Demasiado sencillos, no suponen un reto en un videojuego en el que resulta difícil morir.