- La formación que uses debe adaptarse tanto a tus gustos y estilo de juego como a las características de los jugadores que tienes en tu plantilla. Forzar una formación sin tener en cuenta las características de tus jugadores será un error.
- Intenta manejar y conocer distintas formaciones, no te limites sólo a una, para que si debes cambiar durante un partido no sea un problema. Igualmente trata de tener más de una ‘táctica personalizada’ controlada.
- El primer paso para lograr una victoria pasa por reconocer el estilo de juego y formación de rival. No cambies de inicio tu formación únicamente por el contrario. Ten paciencia y espera a que el paso de los minutos determine quién ha impuesto una formación o táctica dominante. A partir de ahí recuerda, hay ocasiones en las que adaptarte a tu rival es el primer paso para el éxito.
- Si tu rival te ha ganado claramente la partida desde la formación, cambia el dibujo en el descanso. Busca un golpe de efecto. No insistas en lo que no funciona.
Puedes consultar aquí ‘Mis tácticas…Fifa 17’
Ten en cuenta las ‘Instrucciones de jugador’ cuando quieras desarrollar hasta el último detalle tus formaciones, dado que los movimientos que apliques a tus jugadores determinaran el funcionamiento de tus tácticas personalizadas y tus formaciones.
elrincondechava.wordpress.com
Arriesgada en defensa, poderosa en la zona de construcción y versátil en ataque, la formación 3-4-3 se presenta como la evolución ofensiva del 4-3-3 de la escuela holandesa, aquella que comenzó a gestarse con el Ajax de Rinus Michels y que pasó a la historia con la Holanda del 74. Fueron los años de la Naranja Mecánica, del fútbol total, un concepto que parte de que ningún futbolista tiene un papel asignado, lo que exige una gran capacidad técnica y táctica. Una idea que llegó a España de la mano de Johan Cruyff, que ya en el Barcelona empezó a experimentar con un 3-4-3 posible gracias a la presencia de un jugador como Koeman y que quiso llevar a límite, Guardiola que, tras su exitosa apuesta por el 4-3-3, acabó su etapa azulgrana con un 3-4-3 empujado por una plantilla prolija en centrocampista pero limitada en defensas.
Son muy pocos los equipos que hacen uso de esta formación y, algunos que dicen usarla, realmente lo hacen desde una 5-2-3 donde en lugar de centrocampistas hacen uso de carrileros que permiten, precisamente, que en faceta ofensiva se sumen al ataque, dando la sensación de una 3-4-3.
Sin laterales que apoyen, toda 3-4-3 debe tener centrales rápidos. Al menos uno. Los dos DFC más rápidos flanquearán al lento, que ocupará la zona central. Si sólo tenemos uno rápido, éste formará en el centro de la defensa. En ningún caso deberán sumarse al ataque. No es estrictamente necesario que el MD y el MI sean jugadores veloces, dado que es un sistema en el que se juega con extremos. Por ello, podemos poner en práctica dos tipos de juego en base a los jugadores que usemos en estas posiciones. Uno, apostar por jugadores de banda -incluso podríamos usar laterales rápidos- cuya velocidad permita su presencia tanto en ataque como en defensa, o bien apostar por mediocentros (MC o MCO) con un juego más de toque y posesión que hace menos necesaria su condición física. En este caso el juego debe basarse en posesiones largas, toque y una disposición libre de los jugadores.
En ataque los dos extremos (ED y EI) y el delantero centro (DC) deberán ser capaces de intercambiar sus posiciones con libertad, con los disparos desde la frontal por parte de los centrocampistas como una seria opción. Recuerda que igualmente puedes apostar en esta 3-4-3 por tres delanteros en una variante conocida como 3-4-2-1 con un SDD y un SDI que harán las funciones de los extremos, aunque con un juego que enfatizará más hacia el área rival. Las bandas serán del MI y el MD.
Es importante acabar las jugadas, dado que al jugar con tres centrales las contras son muy peligrosas. En situaciones defensivas son importantes los apoyos desde el centro del campo. Hay quien prefiere una presión defensiva sobre el campo rival, una buena técnica dado que nuestra presencia numérica sobre el campo rival será mayor, eso sí, si superan la misma estarás en inferioridad.
Derivado de ese cambio de posiciones existe una opción atacante que consiste en jugar con un segundo delantero (SD) en lugar del delantero centro (DC). Es lo que se llama el falso nueve. La ventaja es que ganas un jugador más a la hora de sacar el balón jugado desde tres cuartos del campo, a la vez que ello te debe llevar a una modificación de los movimientos de los extremos, que deberán entrar en el área con diagonales para ocupar el puesto que deja libre el DC. Por contra, aquellos que gustan de jugar con una referencia fija en el área o con cierta velocidad en sus transiciones pueden encontrar problemas.
La 3-4-3 ofrece muchas variantes, e incluso en el centro del campo, la zona más delicada de la misma. Porque una de las opciones quizás más arriesgadas es la 3-4-3 en rombo. Consiste en romper la pareja del centro del campo para conformar un rombo con un MCD y un MCO como ejes. Ganas un enganche entre el centro del campo -recuerda que juegas con cuatro centrocampistas y extremos, y pueden ser el enganche a través de banda- pero pierdes contundencia defensiva y apoyos a los centrales. Una formación con la que puedes perder mucho equilibrio.
Táctica personalizada (para robar y jugar a la contra):
Velocidad: 75/ Pases: 65/ Posición: Organizada
Pases: 70/ Centros: 65/ Tiros: 45/ Posición: Libre
Presión: 69/ Agresividad: 72/ Anchura: 45/ Cubrir
El objetivo de esta táctica es presionar al rival en campo contrario, para lo que deberemos apoyarnos en una ‘Actitud Ofensiva’ del equipo. Robado el balón, la circulación del mismo será rápida y en largo hacia las bandas para acabar con un centro al área o asistencia al hueco buscando el remate del DC.
Táctica personalizada (posesión y juego lento):
Velocidad: 35 / Pases: 30/ Posición: Organizada
Pases: 30/ Centros: 45/ Tiros: 55/ Posición: Libre
Presión: 61/ Agresividad: 63/ Anchura: 45/ Cubrir
Se busca una táctica para mantener la pelota, en la que el juego será lento (35), con pases en corto (35) donde no se arriesgue en el pase (35). Podemos incrementar bien la tasa de ‘Centros’, en función si las jugadas de ataque las queremos acabar con centros al área, o bien la tasa de ‘Tiros’ si preferimos acabar con un disparo desde la frontal.
Versión ofensiva de la 3-5-2 puede considerarse la 3-4-1-2, una formación muy poco habitual no solo en el fútbol real sino también en Fifa 18, un juego que sigue beneficiando el abuso del regate, la velocidad y el abuso del botón de correr sobre otros aspectos. Pese a todo ello, te invitamos a probarla si eres un jugador que te gusta jugar en posesión, con ritmo en el toque, usando las bandas como apoyos pero no como el único camino al gol y que disfrutas creando fútbol desde un MCO por el que pasan buena parte de las acciones del partido.
Una apuesta por el juego de ataque que va un paso más allá de la 3-5-2. El motivo, que la 3-4-1-2 no dispone de MCD, sino que su centro del campo está formado por dos MC, que unidos al MCO, deben ser el cauce para crear las oportunidades de gol. Y aunque es una debilidad defensiva, debemos ser capaces de convertirlo en una virtud ofensiva.
Genera el fútbol desde el triángulo que forman los MC-MCO pero sin olvidar los MD-MI, cuya colaboración desde la banda no sólo en la generación de juego sino en la definición pueden ser de gran ayuda. Su amplio recorrido así como su velocidad permiten explotar una de las mejores virtudes de la 3-4-1-2, la amplitud de campo. De banda a banda, incluso en la conclusión de la jugada, como puedes ver en el vídeo. Del MI al MD para cerrar en gol.
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- Tres centrales. Los dos más veloces, en los laterales. Ningún central puede sostener directamente la aceleración de jugadores Salah, Hazard, Sturridge, Mbappe… Pero sí aguantar la carrera hasta posiciones defensivas. Por ello es necesario que los dos centrales que forman en los extremos superen al menos los 65-70 de velocidad.
- Por delante de los centrales, dos MC. Dos ‘5’ a la vieja usanza, constructores y destructores por igual. Sus instrucciones de juego pasarán especialmente por Conservar la posición, Quedarse atrás al atacar y Esperar el rechace. Son el ancla y el equilibrio del equipo. Si apuestas por mediocentros físicos y potentes es evidente que te ayudarán mucho más en las funciones defensivas y el repliegue del equipo. Puedes alternar un MC y un MCD, pero si vas a apostar por dos MCD elige la 3-5-2.
- En bandas los MI y MD. Jugadores con ritmo de juego Alto/Alto para ayudar en el repliegue y el ataque por igual. La banda es del todo para ellos. En sus instrucciones de juego destacan Quedarse en banda, Conservar la posición o Apoyo defensivo básico. Si les obligamos a ‘bajar a defender’ la formación se convierte en un 5-2-1-2. Puede elegirse Jugar en corto como apoyo mucho más cercano a los MC. No buscamos de ellos ni las diagonales ni los desmarques.
- Todo el frente de ataque es la parcela del MCO. Libertad de movimientos para un jugador responsable de dar goles pero también generarlos. Puedes apostar por un MCO con unas estadísticas altas en todo lo relacionado con el pase, o por un MCO más goleador y con números altos en el regate, disparo o definición. En su obligación Bajar a defender.
- Arriba dos DC. Sus intrucciones, Referencia y Quedarse en el Centro. No es necesario que sean físicamente potentes o veloces. Su función, ser el clásico ‘9’ de área.
Táctica personalizada:
Velocidad: 52/ Pases: 50/ Posición: Organizada
Pases: 60/ Centros: 70/ Tiros: 20/ Posición: Organizada
Presión: 100-80 / Agresividad: 30/ Anchura: 70/ Cubrir
Un valor tan alto en Pases -60- y Centros -70- responde a la presencia de nuestros DC en el área y con el objetivo de aprovecharlos al máximo. Buscamos en ataque un juego combinativo rápido, en el que el MCO mande. En defensa, la Anchura 70 busca que nuestros DFC estén lo mas cerca posible de las bandas, y la Presión 100-80 trata de lograr el objetivo de subir las líneas lo mayor posible para hacer un equipo muy compacto.
Para los que gustan arriesgar en defensa y buscar la posesión como fórmula de ataque aparece el 3-5-2, un gigante en ataque en ocasiones con pies de barro en defensa, que permite disfrutar en ataque pero que puede llevar a sufrir atrás. Si eres capaz de gestionar el balón en tu poder, es tu táctica.
Con 3 centrales (DFC), es recomendablemente que los dos más rápidos (si tienen fuerza y cabeceador mejor) formen en los laterales, y dos mediocentros defensivos (MDD-MDI), descansa una formación donde los dos interiores (MD-MI) deben tener una alta capacidad defensiva (mínimo trabajo nivel medio en defensa entre sus cualidades) para ocupar las bandas, punto débil de esta formación, especialmente si el rival juega con un 4-3-3 y juega en largo. Por delante un mediocentro ofensivo (MCO) que, siendo enganche, llegará desde segunda línea hacia dos delanteros (DD-DI) que pueden caer a banda ante la labor de los interiores en defensa.
Una de las pocas variantes que permite es una 3-5-1-1 donde suprimimos un DC y situamos sobre el campo un segundo delantero -SD- como enganche. El MCO lo cambiamos por un MC. Una opción que tendrá su repercusión en el juego que desarrollemos, dado que al disponer de un DC menos nuestro juego deberá ser más pausado y apoyarnos en la segunda línea.
La 3-5-2 trata de una formación que hace recomendable jugar bajo una táctica personalizada que en defensa se base en la presión intensa y con una personalidad en en juego ‘ofensiva’ para presionar y tratar de recuperar en campo contrario, que es donde más jugadores acumulas. Tácticamente es una formación dirigida a disfrutar de un juego elaborado, lento y en corto que facilite a la hora de atacar la progresiva incorporación de los interiores y los pivotes defensivos desde la defensa al ataque. No es recomendable para jugar a la contra.
Táctica personalizada:
Velocidad: 33/ Pases: 35/ Posición: Organizada
Pases: 40/ Centros: 50/ Tiros: 55/ Posición: Libre
Presión: 69/ Agresividad: 63/ Anchura: 55/ Cubrir
El objetivo es controlar la pelota, gestionar el ataque desde los pases en corto -35- y la elaboración calmada. Con cinco centrocampistas no caben las prisas. Llegado el momento de buscar el gol puedes hacerlo por varios caminos en función tanto de las características de tu ‘enganche’ como de tus delanteros centros. Si son DC rematadores deberás incrementar la tasa de centros -55-, si dispones de un MCO con un alto valor en pase al hueco entonces puedes aumentar el valor de los pases -40- para buscar un último pase de gol. Si bien tus DC o tu MCO tienen buen valor de tiros, incrementa este valor.
¿Anchura o no en defensa?
Una de las cuestiones a plantearse en una 3-5-2 es la opción de elegir jugar con más o menos anchura en defensa. La presencia de esa línea de cinco en el centro del campo permite escoger entre ello, sabiendo que cada una de las dos opciones tiene sus consecuencias. Jugar poca anchura en defensa hará al equipo mantener a los tres centrales pegados entre sí, al igual que los MDD y MDI, dejando los carriles laterales en manos del rival. En el caso de optar por una defensa con un valor alto en anchura los tres centrales se separan entre sí para tapar los laterales. Interesante subir la agresividad y la presión para buscar el apoyo de los MDD y MDI, lo que a su vez puede generar más espacios.
Sobre las ‘Instrucciones de jugador’ es interesante las instrucciones a los MD-MI, MDD-MDI y los centrales. En el caso de estos últimos deberán descartar toda acción ofensiva, al igual que los MDD-MDI, que deberían conservar la posición. En el caso de los MD-MI es vital que apoyen en defensa. De lo contrario perderás equilibrio en esta formación.
Hasta la irrupción de Mourinho el 4-2-3-1 era una formación muy poco desarrollada, entendida como una variante tanto de la 4-4-1-1, con un segundo delantero haciendo de enganche, o la 4-5-1, en este caso con cinco centrocampista. Sin embargo la irrupción del entrenador portugués en el fútbol internacional y su fijación por este dibujo provocó el cambio. Porque desde entonces la 4-2-3-1 se ha convertido en una táctica con mucha personalidad, aplicada por muchos equipos y con capacidad de adaptarse a multitud de sistemas de juego -defensivos u ofensivos- en función de los jugadores elegidos para desarrollarla, especialmente en su doble pivote.
En sus inicios la 4-2-3-1 de Mourinho se basaba en un delantero volcado a banda izquierda –DI– y un volante –VOL– en banda derecha. El DI podía ser un extremo o un delantero siempre con tendencia a la diagonal interor hacia el área buscando el disparo o el pase, preferiblemente en horizontal hacia el MCO en busca de un disparo desde la frontal. En el caso del VOL deberá ser un extremo o un MD con alta capacidad de trabajo defensivo y ofensivo, pues era el responsable de equilibrar las transiciones ataque y defensa. En su caso, ocupación de banda, llegada a línea de fondo y centros al área como recursos ofensivos. La posición de DC podía ocuparla un delantero rápido y regateador o bien un delantero centro matador y rematador en busca de los remates de cabeza.
La evolución del sistema en la vida real dejó la evolución de esta táctica en FIFA. Las posiciones de DI y VOL dejaron paso a las más naturales MI y MD así como a un dibujo sólido en defensa gracias a su doble pivote, que permite afrontar los partidos desde una altaintensidad, capaz de gestionar la posesión a través de la ocupación de espacios y superioridad de centrocampistas pero que ofrece la oportunidad de armar un juego a diferentes velocidades. Toman protagonismo los jugadores. Toman protagonismo los MCD -posición natural en el doble pivote-, el MCO o el DC. De sus condiciones partirá el estilo de juego que debemos adoptar.
Son los jugadores los que dan personalidad a la 4-2-3-1 y la primera y principal elección llega en el doble pivote. La pareja de centrocampistas dará el sentido al resto del equipo. Inicialmente la 4-2-3-1 arranca desde dos MCD. Sin embargo debes reconsiderar la elección. No sólo debes preguntarte si quieres dos MCD dominadores en el aspecto físico o en el aspecto técnico, sino si quieres organizar el equipo en torno a una pareja MCD-MCD, una variante MC-MCD o otra mucho más ofensiva MC-MC.
En El Rincón de Chava te aconsejamos optar por mantener las posiciones originales MCD-MCD aunque buscando un equilibrio entre ambos. Es decir, elegir un MCD físico y un MCD técnico -podría ser un MC en posición de MCD o reconvertido-. El primero será el que lleve el peso físico del equipo -el trabajo ofensivo y defensivo no debe ser inferior a MEDIO-, el repliegue -box to box-, la presión y la ocupación de espacios gracias a su mayor resistencia, fuerza, agresividad, aceleración y velocidad, mientras que el segundo, un MCD más técnico y táctico, será el responsable tanto de dar orden al equipo -rasgos tácticos- y sentido al inicio de la jugada. Eso sí, en ambos casos hablamos de jugadores con buenos números defensivos -intercepciones, precisión de cabeza, marcaje, robos de balón o entrada agresiva-.
No obstante, y explicado el punto de partida, puedes empezar a reconstruir el doble pivote desde las diferentes opciones planteadas. Puedes hacerlo desde dos MC -directamente en posiciones de MCD o reconvertidos- técnicos y tácticos, de buenos números defensivos pero con una alta capacidad de construcción de juego -creadores de juego, visión y pases cortos y largos- desde la primera línea de salida de balón. En este caso la posesión toma el protagonismo sobre la contra o la velocidad. Si optamos por una pareja física la creación y el toque pasan a un segundo plano -quedará en manos del MCO- para tomar protagonismo la intensidad, recuperación, alta presión y velocidad en el desarrollo del juego.
Y con la elección del doble pivote, la elección del MCO, eje del ataque. Protagonismo tanto como creador de oportunidades como de jugador finalizador. La presencia de dos pivotes -uno de los cuales es interesante que se descuelgue al ataque- permite al 10 centrarse exclusivamente en la parcela ofensiva y creadora. Será el jugador que otorgue sentido al desarrollo de la jugada, claridad al juego de ataque y naturalidad al juego del único delantero. Hablamos de un mediapunta que completa al delantero, que puede sacar partido a cuestiones como la definicion, tiros lejanos o regates si queremos que funcione como un segundo delantero, o de un mediapunta -aspecto que recomendamos desde El Rincón de Chava- pasador con alta capacidad en visión de juego, control de balón o pases cortos, asi como aspectos como creador de juego y tiro de calidad.
El uso de tres MCO -en lugar de los MI-MD en bandas- nos permite presionar el área –imagen 1– desde tres cuartos del campo siempre apoyados por los laterales, que tratarán de ocupar los espacios de extremos. Los MCD, pendientes de labores defensivas por las coberturas. Cuando usamos un MI muy ofensivo–imagen 2– el movimiento cambia. Este jugador entrará hacia dentro en faceta de delantero, liberando su zona para el lateral. La libertad de movimientos del MCO debe permitirle abrir huecos. En una faceta mucho más ofensiva –imagen 3– uno de los MCD hará funciones ‘box to box’. El despliegue ofensivo también llegará desde el otro de los laterales.
En la 4-2-3-1 los laterales estarán determinados, de inicio, por lo que pedimos a los tres jugadores que guardan las espaldas al delantero. Si su función es estar pegados a banda, nuestros laterales apoyarán el centro del campo. Conceptos de pases cortos y largos y defensa serán más importantes que conceptos ofensivos como aceleración, regates o centros. Si los jugadores de la zona de ataque dirigen su juego hacia el interior, los laterales tendrán una función más ofensiva -carrileros- debiendo tener presentes aspectos como la velocidad, regate, controles o centros.
Táctica personalizadas
Táctica personalizada básica para el 4-2-3-1:
Velocidad: 50/ Pases: 50/ Posición: Organizada
Pases: 65/ Centros: 40/ Tiros: 45/ Posición: Organizada
Presión: 63/ Agresividad: 52/ Anchura: 60/ Cubrir
Buscamos una táctica para hacer protagonista al MCO, con buena capacidad de pase, buscando los desmarques del DC. Pocos centros al área. Usaremos un DC jugón, ratón de área, rematador.
- Laterales. Ataque Equilibrado
- MCD-MCD. Quedarse atrás al atacar / Conservar la posición / Esperar a rechace
- MI-MD. Quedarse en banda/ desmarcarse
- MCO. Remate y Rechace/ Libertad de movimientos
- DC. Referencia / Quedarse en el centro
Táctica personalizada para un 4-2-3-1 más físico y con DC rematador:
Velocidad: 50/ Pases: 49/ Posición: Organizada
Pases: 40/ Centros: 62/ Tiros: 35/ Posición: Organizada
Presión: 60/ Agresividad: 52/ Anchura: 50/ Cubrir
Si disponemos de jugadores con una alta capacidad de Tiros, elevaremos el valor al tiempo que disminuimos el de Pases.
Puedes bajar el valor de Velocidad si quieres un juego más pausado pero no es recomendable.
Táctica personalizada para juego defensivo y atacar a la contra:
Velocidad: 70/ Pases: 70/ Posición: Organizada
Pases: 71/ Centros: 65/ Tiros: 40/ Posición: Organizada
Presión: 80/ Agresividad: 60/ Anchura: 68/ Cubrir
En este caso buscamos un equipo que trata de presionar por encima de la línea del centro del campo -Presión 80- en el que buscamos recuperar cuanto antes el balón, salir rápido -Velocidad 70- con pases preferiblemente en largo -Pases 70- en la que buscamos rápidamente al delantero, arriesgando -Pases 71- y pocos tiros desde la frontal.
Un clásico. El 4-4-2 en rombo o 4-1-2-1-2 es quizá una de las tácticas que más predominaban en los años 90, cuando se convirtió en la versión moderna, arriesgada y ofensiva del tradicional 4-4-2 y cuando el fútbol de extremos apenas se ponía en práctica más allá de la escuela holandesa.
Su dibujo es muy sencillo. Con una defensa en línea, el centro del campo estará dominado por un único MCD con buen nivel defensivo y disposición táctica que no pierda la posición. Su figura en ataque será apenas anecdótica. Por delante un MCO -la posición puede ocuparla un mediapunta o un mediocentro- organizador, con alto nivel en pase corto y largo, visión, clase y jugón situado cerca de los delanteros. Un dibujo ideal para aquellos jugadores que les gusta la posesión en vertical y los pases arriesgados al hueco. A los costados dos jugadores de banda (MI y MD) cuya distancia con la banda dependerá de la necesidad, por cuestiones defensivas, que tengamos de arropar al MCD y MCO. El objetivo es que no haya excesivos vacíos. Y por delante, dos delanteros en línea. Un DI-DD o dos DC-DC, según te guste.
Existe una versión secundaria del 4-4-2 en rombo (4-1-2-1-2) que surge del debate entre el uso de un MCO o un MC. Si voy a usar un MC, ¿por qué hacerlo en posiciones de MCO en lugar de retrasarlo un par de metros hacia su posición natural? El resultado es un rombo más achatado en su vértice superior y que genera un dibujo más cercano a un 4-1-3-2. Un dibujo con el que se gana peso en el centro del campo, dominio y por tanto posesión, pero se pierde verticalidad y rapidez.
Generación de juego… desde el ‘rombo’
Una de las características del 4-4-2 en rombo (llamada también 4-1-2-1-2) es la generación de juego precisamente desde su rombo. Esta formación conlleva a la generación de juego en la zona central -imagen 1- en el rombo que genera el MCD, los jugadores de banda (MD y MI) y el MCO o MC adelantado. Los pases y la capacidad de combinar entre estas cuatro piezas es fundamental, dando salida a la jugada hacia la zona de los delanteros.
Pieza clave en esa generación de juego ofensivo es el MCO o MC -imagen 2-. Su capacidad para distribuir, dar pases al hueco y su visión de juego serán valores a tener muy en cuenta. Será el escalón entre el centro del campo y la delantera. En caso de estar excesivamente cubierto, el juego deberá generarse por las bandas.
Todo ese trabajo de creación debe derivar y finalizar en dos hombres, los DC. Ya sea desde los MD y MI o desde la posición del MCO, el objetivo -imagen 3- es surtir balones al hueco hacia posiciones del ‘9’ o centros al área desde la banda, según nuestro estilo de juego, las características de nuestros delanteros o el propio estilo de nuestro rival.
Con dos delanteros y una distancia considerable hasta la medular, hasta el MCD, en el 4-1-2-1-2 el MCO se convierte en una pieza clave e indispensable en el enlace del juego. Si en la 4-2-3-1 hablábamos del mediapunta como un complemento perfecto a la hora de atacar la portería rival, funcionando en muchas ocasiones como un falso ‘9’, en la 4-1-2-1-2 -como en la 4-3-1-2- y dada la presencia de dos DC, parece más adecuado pensar en el ’10′ como el enlace de juego que necesita el equipo entre la faceta defensiva y la ofensiva. Debe ser su primera función.
El MCO en este dibujo está concebido para dar salida al juego de ataque, ser enlace entre el MI-MD en los cambios de juego, dar el último pase hacia posiciones de remate, generar desequilibrios entre líneas… Hablamos de una función más creadora que goleadora. Busca jugadores con niveles altos en características como visión, pases cortos, pases largos, centros e incluso regates. Ayudarán también Rasgos o Habilidades Especiales como Creador de Juego, Centrocampista o Pases Largos. Ten en cuenta tu tipo de ’10’ a la hora de elegir tu tipo de juego al elaborar tu táctica personalizada.
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No obstante no debes olvidar nunca el estilo de juego que vas a emplear. Porque la 4-1-2-1-2 el MCO es quizá el principal protagonista y como tal le puedes convertir el centro de todas tus operaciones, incluso a la hora de hacer gol. Si tu juego es la combinación en corto y el pase al hueco, puedes contemplar el MCO como un recurso goleador. Su posición de partida en el balcón del área le convierten en uno de los primeros beneficiados de los huecos que ofrezcan los delanteros. Pared en corto, desplazamiento al hueco y oportunidad directa de gol. Es una posibilidad para todos aquellos que opten por un 4-1-2-1-2 donde se apuesta por el pase en detrimento de los centros o los tiros a la hora de elaborar la táctica personalizada.
Si el ’10’ es importante, no lo es menos el ‘5’. Porque la 4-4-2 en rombo se asienta especialmente en dos figuras, el MCO y el MCD, un eje sobre el que pivota el éxito o fracaso de esta formación. De las condiciones de estos jugadores también dependerá que la formación y el juego sea un éxito. Si en el ’10’ no había duda alguna en la importancia por un jugador más creador que definidor, en el ‘5’ las dudas asaltan sobre la elección entre un MCD más físico o más táctico. Y no suele ser sencillo decidir, porque ambas cosas no suelen darse en un mismo jugador.
En las formaciones con doble pivote la elección suele ser sencilla. Uno destruye y el otro crea. Cuando es uno sólo es distinto. Por ello para solventar la respuesta debes partir de una premisa, en la 4-4-2 en rombo el ‘5’ tiene que mandar. Y eso es innegociable. ¿En tu juego mandas más por lo físico o por lo táctico? Mandar desde lo segundo suele ser más beneficioso. Desde la capacidad táctica el MCD sostendrá el esqueleto del equipo sin necesidad de asumir grandes despliegues físicos. Sólo la debilidad defensiva de las bandas -en caso de que sean jugadores cuya implicación en defensa sea nula- la decisión por lo físico debe estar situado como algo primordial.
Un MCD que maneje rasgos o habilidades como pueden ser táctico, creador de juego, pases largos, entradas o liderazgo -tenerlas todas al mismo tiempo será complicado- te permitirá estructurar tu juego desde el primer pase. A partir del MCD podrás empezar a construir.
Como con cualquiera de las posiciones sobre el campo, la figura del lateral viene determinada por el dibujo y el estilo de juego -defensivo u ofensivo, a la contra o de posesión- que buscamos. En la 4-1-2-1-2 no son los laterales una figura especialmente determinantes en lo ofensivo. Nuestros jugadores de banda (MI-MD) deberían suplir sin problemas el apartado ofensivo en banda, siendo los laterales una figura de apoyo más importantes en el equilibrio de juego y en la defensa.
Táctica personalizada recomendada:
Velocidad: 50/ Pases: 49 / Posición: Organizada
Pases: 67 / Centros: 66 / Tiros: 50 / Posición: Organizada
Presión: 57 / Agresividad: 36 / Anchura: 66 / Cubrir
Una táctica personalizada para construir desde la posesión de la pelota, generar ocasiones a través de pases al hueco -pases 67- y en defensa para esperar en campo propio y facilitar el regreso de efectivos.
La táctica personalizada recomendada:
Velocidad: 70/ Pases: 55 / Posición: Organizada
Pases: 53 / Centros: 38 / Tiros: 70 / Posición: Organizada
Presión: 40 / Agresividad: 48 / Anchura: 54 / Cubrir
Hablar de la 4-1-2-1-2 en rombo cerrado -es decir, sin MD y MI- es hablar de la 4-3-1-2, una táctica similar pero que Fifa distingue por la diferencia en su concepto en el MC en lugar de la MCD. Una táctica muy a la italiana, poco habitual en la actualidad, que busca gestionar el juego desde la solidez en el centro del campo y convirtiendo las bandas en algo secundario. El juego pivota sobre el armazón de un trivote -defensivo y ofensivo- que da cobertura a la zona del MCO. Aunque puede convertirse en un armazón donde el verdadero protagonista sea el MCD, como bien ejemplificó la Juventus de Pirlo, jugador franquicia en la distribución del juego y escoltado en los esfuerzos por Pogba, Marchisio y Vidal.
Por delante de una línea defensiva de cuatro, la primera elección debe ser el tipo de trivote que se busca. No es lo mismo formar con un MCD escoltado de MDI y MDD, que un MCD con MVI y MVD. La primera opción, defensiva, obliga a jugar bien a la contra o a una velocidad más lenta. En el segundo de los casos las opciones ofensivas y la velocidad se incrementan. Los MC deberán ser los encargados de sumarse tanto al ataque como a la defensa, llegando hasta línea de tres cuartos cuando se tenga la pelota. Si su físico lo permite -importante en este esquema- pueden ocupar zonas de banda. No obstante lo recomendable es la presencia de laterales de largo recorrido, que serán los encargados de ocupar las bandas y, llegado el caso, de colgar balones al área. En la mediapunta el MCO será el protagonista. Será el encargado de entrar desde la segunda línea, realizar el último pase al hueco, disparar desde la frontal o ingresar en el área como si de un tercer delantero se tratara. Por tanto, para usar esta táctica deberás tener un MCO con destacadas cualidades ofensivas y un mediocampo potente.
¿Qué tipo de centro del campo escogemos?
Cuando decides escoger como formación la 4-1-2-1-2 rombo cerrado debes hacerlo teniendo en cuenta que el cuarteto de centrocampistas son la clave del sistema. Buen ejemplo supone la Juventus 2013-14 con un centro del campo configurado por Pirlo, Marchisio, Pogba y Vidal, cuatro jugadores que combinaban a la perfección técnica y pase con despliegue físico, llegada y remate.
Cabe decir que no existe un centro del campo estandar para este tipo de formación, existen tantas combinaciones como jugadores mezcles en el cuarteto. Eso sí, ten siempre clara una cosa, no tiene sentido recurrir a esta formación y situar los MD y MI como MC. Si quieres jugar con jugadores de banda, usa el rombo abierto tradicional.
La 4-1-2-1-2 en rombo cerrado está conformada por cuatro centrocampistas puros, colocados en el centro del campo con el objeto de dominarlo y convertirlo en el eje de todo lo que pase. Bien con MC o con MCD, el objeto básico es reunir cuatro jugadores donde se combine lo defensivo, lo ofensivo, lo físico y lo técnico. Dada la presencia de cuatro centrocampistas, no es necesario que el MCD sea físicamente poderoso siempre y cuando se le arrope de dos MC que permitan apoyar sus carencias defensivas. En este caso ese MCD buscaremos que sea técnicamente el protagonista, como pasaba con Pirlo, escoltado por jugadores con despliegue como Marchisio, Vidal y Pogba.
Otro buen ejemplo de un 4-1-2-1-2 es el PSG 2014-2015 con Motta como MCD puro y escoltado por Matuidi y Verrati, dos jugadores de corte mucho más defensivo, táctico y físico que ofensivo. Dadas las carencias de Motta en la construcción, las operaciones de construcción recaían en Pastore. Con esta apuesta puede ser interesante jugar a la contra y sobre los tres jugadores de la zona alta.
Puedes aportar mucha táctica, creación y capacidad ofensiva situando mediaspuntas en la zona de centro del campo. Ganarás regate, tiro y pase pero deberás ser consciente de que perderás capacidad defensiva, agresividad y táctica. Buen ejemplo, un centro del campo formado en el Real Madrid 14-15 con Kroos, Modric, James e Isco.
Y en esa apuesta por lo ofensivo un paso más es situar no sólo jugadores MCO en posiciones de centro del campo, sino a un delantero en la posición del vértice superior del rombo. Buen ejemplo, el Barcelona 14-15 con Busquets, Iniesta, Rakitic y Messi en el vértice del ataque.
Como punta del vértice el MCO es una pieza clave en nuestro rombo. Si en la 4-2-3-1 hablamos del mediapunta como un complemento perfecto a la hora de atacar directos la portería rival, en la 4-1-2-1-2, dada la presencia de dos DC, parece más adecuado pensar en un ’10’ como el protagonista de generar el desequilibrio en la frontal del área desde un pase al hueco, un disparo o una ruptura de líneas desde la acción individual. Una función más creadora que goleadora. Busca jugadores con niveles altos en características como visión, pases cortos, pases largos, centros e incluso regates. Ayudarán también Rasgos o Habilidades Especiales como Creador de Juego, Centrocampista o Pases Largos. Ten en cuenta tu tipo de ’10’ a la hora de elegir tu tipo de juego al elaborar tu táctica personalizada.
Si el ’10’ es importante, no lo es menos el ‘5’. Es verdad que la 4-1-2-1-2 en rombo cerrado dispone de más de una figura en el centro del campo a la hora de poder crear y distribuir el juego, pero nuestro ‘5’ no deja de ser el eje sobre el que pivote el inicio de todo. ¿Físico y defensivo o táctico y técnico? Mira a tu alrededor y tendrás la respuesta.
Nuestro ‘5’ aparecerá arropado por dos MC en este rombo cerrado. Si estos dos MC son físicos y con buenas capacidades defensivas, podrás apostar por un MCD más volcado a la generación del juego que al repliegue y el despliegue físico. Si los MVI y MVD son jugadores de pocas cualidades defensivas y más ofensivas -la opción de alinear en estas posiciones mediaspuntas- entonces será conveniente que el MCD sea más físico y potente, siendo la base del equilibrio del esquema.
Un MCD que maneje rasgos o habilidades como pueden ser táctico, creador de juego, pases largos, entradas o liderazgo -tenerlas todas al mismo tiempo será complicado- te permitirá estructurar tu juego desde el primer pase. A partir del MCD podrás empezar a construir.
Generación de juego… desde el ‘rombo’
Como en la 4-1-2-1-2 en rombo, en la 4-1-2-1-2 en rombo cerrado la generación de juego parte desde el rombo. . Esta formación conlleva a la generación de juego en la zona central -imagen 1- en el rombo que genera el MCD, los MC y el MCO. Los pases y la capacidad de combinar entre estas cuatro piezas es fundamental. El MCO -imagen 2- se convierte en una pieza clave en la generación de juego. Su capacidad para distribuir, dar pases al hueco y su visión de juego serán valores a tener muy en cuenta. Será el escalón entre el centro del campo y la delantera.
No obstante en la 4-1-2-1-2 en rombo cerrdo dada la presencia de cuatro centrocampistas, el peso de la generación de juego puede recaer en todos ellos. Bien es cierto que el MCO es una pieza fundamental, pero -imagen 3- el resto de piezas pueden convertirse en otros generadores, lo que permitiría dominar el juego en el centro del campo.
Dado que en nuestra 4-1-2-1-2 en rombo cerrado no hay bandas propiamente dichas es interesante que los laterales sean los encargados en primera instancia de asumir –imagen 1– el protagonismo por bandas. El objetivo es crear superioridad a partir del centro del campo –imagen 2– junto a los MVI, MVD, MCO y los dos DC. Una zona donde es interesante que los centrocampistas tengan libertad para moverse, buscando situaciones de dos contra uno bien por banda bien en el balcón del área.
En este caso si es una oportunidad buscar laterales cuya proyección ofensiva supere a la defensiva. Resistencia, potencia, velocidad o centros te pueden ser características muy útiles.
Táctica personalizada (fuerte defensa y jugar con posesión de balón):
Velocidad: 45/ Pases: 45/ Posición: Organizada
Pases: 60/ Centros: 35/ Tiros: 70/ Posición: Libre
Presión: 50/ Agresividad: 72/ Anchura: 50/ Cubrir
Aprovechando la presencia del trivote jugaremos con una defensa fuerte y agresiva ejerciéndola desde el centro del campo – Presión 50 – para recuperar la pelota y comenzar a moverla en corto – Pases 45 – para llevarla a zona de tres cuartos, donde mandará el MCO. Dado que es una táctica sin interiores optaremos por acabar las jugadas bien con disparos desde la frontal – Tiros 70 – o con un último pase al hueco – Pases 60 -. En este caso buscamos la libertad de movimientos en zona de ataque, de modo que los delanteros podrían caer a bandas.
Táctica personalizada (Presión arriba y jugar a la contra):
Velocidad: 75/ Pases: 60/ Posición: Organizada
Pases: 70/ Centros: 35/ Tiros: 45/ Posición: Organizada
Presión: 69/ Agresividad: 72/ Anchura: 45/ Cubrir
En el caso de buscar el juego a la contra, el objetivo será recuperar el balón lo más pronto posible – Presión 69 – y armar el ataque con velocidad – Velocidad 75 – buscando bien un pase largo o un pase al hueco a los dos delanteros esperando la definición en el área.
Táctica personalizada (Juego de elaboración, centros al área y fuerte presión defensiva):
Velocidad: 47/ Pases: 41/ Posición: Organizada
Pases: 67/ Centros: 70/ Tiros: 45/ Posición: Organizada
Presión: 69/ Agresividad: 60/ Anchura: 45/ Cubrir
En este caso la apuesta es radicalmente distinta. De inicio se busca la posesión de la pelota y la generación del juego a través de pases en corto –41– y creación pausada –47-. Con esa velocidad pensaremos en la incorporación de los laterales como una posibilidad real en ataque. Fruto de ello pensaremos en la opción de los centro al área –70– como una opción preferencial junto con los pases al hueco –67– desde el MCO a los delanteros. A la hora de defender, y pensado en nuestro trivote, emplearemos una presión adelantada –69– con notables apoyos –60-.
Un clásico entre los clásico. La formación 4-4-2 fue, sin duda alguna, el referente futbolístico de finales de los 80 y comienzos de los 90. Entonces pocos eran los entrenadores capaces de contradecir los principios de una formación cuya clave principal es su equilibrio en todas las líneas, formando un bloque tanto en defensa como en ataque. Hoy en día ya no es el libro de cabecera, pero sí una formación muy utilizada cuando se busca equilibrio y el control del partido gracias a su sencillez a la hora de desarrollarla y aplicarla sobre el césped. Sus resultados, si se aplica correctamente, evidentes. Precisamente ‘Cholo’ Simeone, con el Atlético de Madrid, ha demostrado que puede ser una formación muy útil para defender, y atacar, ya sea manejando el balón como a la contra.
El 4-4-2 gira sobre el equilibrio y la compenetración tanto en ataque como en defensa de dos líneas de cuatro donde todos atacan y todos defienden. De la buena gestión de los espacios entre las líneas radicará la potencia defensiva de un sistema con tres posiciones destacadas como son los centrocampistas, los jugadores de banda y los dos delanteros. Los dos centrocampistas sobre los que pivota el equipo deben equilibrar ataque y defensa por igual, capaces de hacer por igual labores de ataque y defensa. En ocasiones -unas veces de forma predeterminada y en otras en función del desarrollo del juego- uno de los centrocampistas pueden descolgarse al ataque para ayudar en las labores de construcción. Los jugadores de banda son dos piezas que aportan superioridad en ataque y defensa en un sistema organizado en el que es importante conservar la posición. Aunque este último aspecto está variando con el paso de los años.
Táctica personalizada básica para el 4-4-2:
Velocidad: 50/ Pases: 50 / Posición: Organizada
Pases: 50/ Centros: 70 / Tiros: 45 / Posición: Organizada
Presión: 60/ Agresividad: 49 / Anchura: 50/ Cubrir
El 4-4-2, en su concepto clásico de los 90, no estaba pensada para jugar a la contra. La construcción del juego se desarrollaba a una velocidad moderada -50- para generar un ataque con pases seguros -50-, donde la voz cantante la lleven los MD-MI con sus centros -70- al área. Pocos disparos pues apenas hay llegadas desde segunda línea.
Una de las opciones para favorecer la construcción es un doble pivote confeccionado por una pareja constructiva y destructiva. Es decir, una combinación de MCD y MC, en la que predeterminar quién de los dos queremos que asuman la construcción del juego. En este caso no habrá movimientos ‘ataque o defensa’ predeterminados pues la propia condición de MC y MCD les situará de forma escalonada.
El 4-4-2 es una formación equilibrada cuya fortaleza -para algunos debilidad- es que es un bloque que se hace especialmente patente en labores defensivas, donde bien empleado resulta una formación especialmente complicada de superar en el que se hace muy útil el modelo jaula, líneas muy juntas con apoyos cercanos y constantes de compañeros. En caso de aplicar una presión defensiva alta, los defensas serán los que empujen hacia adelante las líneas hacia el centro del campo. Será en esa parcela donde defensores, medio y delanteros -imagen 1- generen una jaula que busca impedir la generación de juego en la medular. Su punto flaco, balones largos a la espalda de la defensa o pases al hueco a la carrera del extremo o delantero. Otra opción totalmente contraria es la defensa en campo propio -imagen 3- en la que la defensa se coloca al borde del área pequeña y los delantero en el centro del campo. Entre medias la línea de centrocampistas. Esta opción defensiva permite al rival manjear el balón con relativa facilidad hasta la medular, donde empiezan los problemas. En este caso los pases largos a la espalda de la defensa no son un peligro, pero sí los disparos desde la frontal -el juego rival se generará en tres cuartos de cancha- y los balones filtrados al hueco serán un mano a mano con el portero. En este caso cuando el equipo recupere el balón la respuesta debe ser un contraataque. Por último, la opción intermedia -imagen 2- en la que no se hace hincapié en ninguna forma específica de presión.
Con dos delanteros, y sin un MCO referencia, una de las mejores opciones ofensivas que presenta la 4-4-2 es sin duda alguna explotar las bandas –imagen 1– como la mejor manera de alcanzar las posiciones ofensivas. Se convierten en los mejores enlaces entre la zona de mediocampo y el área rival.
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Alcanzadas las inmediaciones del área rival –imagen 2– la primera opción y la más natural que presenta el 4-4-2 es el centro al área con el objetivo de sacar el mejor rendimiento a los dos delanteros centros. Existe una zona que, de forma predeterminada, puede quedar vacía -imagen 3- cuando ambos centrocampistas son defensivos, y es la zona de tres cuartos. Se puede solventar si uno de los dos pivotes es MC y se descuelga en ataque, si optamos por un DC haciendo funciones de segundo delantero o falso ‘9’, si el MD-MI tienen la instrucción de trazar diagonales hacia adentro o si en posiciones de MD-MI colocamos MCO.
La importancia de los laterales en el 4-4-2 viene enmarcada tanto por la solidez defensiva que se busca como por la superioridad ofensiva que se requiera. Si lo que prima es la solidez defensiva, son los valores defensivos los que deben marcar las pautas para decidir qué tipo de laterales queremos. Mejor lentos pero seguros. Contribuyen a sostener el bloque defensivo. Si es la faceta ofensiva la que primamos, una faceta en la que los jugadores de banda -ya sean MC, MCO o los MI y MD- entran hacia el interior, debemos buscar laterales ofensivos, con velocidad, aceleración, resistencia y capacidad de centros, pues harán las funciones de falsos extremos.
Juego directo con la 4-4-2
En los últimos años el 4-4-2 se ha empleado por entrenadores que buscaban la fortaleza defensiva y en ataque la apuesta por el juego mucho más directo, obviando la construcción y el dominio de la posesión. En este caso el objetivo cuando se está en posesión de la pelota es filtrar desde posiciones de centro del campo –imagen– el balón hacia zonas de ataque. En este caso se busca la espalda de los defensores. Es de imaginar que en este tipo de juego ofensivo deben predominar los delanteros veloces y buen disparo por encima de los ‘9’ referencia, más lentos aunque con más capacidad para rematar de cabeza. Debes pensar que tus centrocampistas -ya sean MCD o MC- deben tener buena capacidad de pase. De lo contrario provocarás demasiadas pérdidas de balón.
Ejemplo plantilla 4-4-2 FIFA 18 Ultimate Team con 2 MCD de alto despliegue físico sobre el campo y pero buenos números en pase. Los MD-MI son protagonistas por su calidad, no por su velocidad. Mbappe, con mayor velocidad, ejercerá de falso 9 y Falcao de referencia.
- Laterales. Ataque Equilibrado
- MCD-MCD. Quedarse atrás al atacar, Conservar la posición y Esperar a rechace
- MI-MD. Quedarse en banda y desmarcarse
- DC. Queremos que uno de los delanteros ayude en las tareas de construcción. Abrirse a banda -opcional- y Falso 9
- DC. Referencia y Quedarse en el centro
Táctica personalizada recomendada:
Velocidad: 52/ Pases: 50/ Posición: Organizada
Pases: 60/ Centros: 70/ Tiros: 25/ Posición: Organizada
Presión: 90/ Agresividad: 30/ Anchura 50 / Cubrir
En el caso de un 4-4-2 con dos MC en el centro del campo es recomendable bajar la Presión a 60 para facilitar la recuperación de posiciones defensivas de los MC en campo propio. Las instrucciones individuales de los MC serán ‘Quedarse atrñas a atacar’, ‘Conservar la posición’ y ‘Esperar rechace’.
Era en sus inicios el 4-4-2 una formación sencilla, de pocas variantes. Una línea en el centro del campo formada por MI-MCD-MCD-MD o MI-MC-MC-MD. Sin embargo el paso de los años y una mayor apuesta por los centrocampistas creativos y los mediapuntas han incrementado las opciones.
¿Por qué la 4-4-2 con MCO si existe la 4-2-2-2? Es cierto que FIFA nos ofrece la oportunidad de la 4-2-2-2 que nos permite jugar con MCO en banda. Sin embargo la 4-4-2 con MCO en banda busca algo distinto. Y no es la velocidad sino el toque. Desaparecen los MI y MD. Centrocampismo en esencia pura. El Real Madrid 2017-18 y una teórica línea formada por Isco-Kroos-Modric-Asensio podrían ser uno de los mejores ejemplos. Se ataca por dentro. Dos MCO volcados en banda durante la faceta defensiva e inicio de jugada, jugando por dentro cuando se trata de faceta ofensiva, quedando la banda a los dos laterales. Superioridad en tres cuartos del campo. Toque en corto hasta encontrar el hueco.
- Laterales. De inicio ‘ataque equilibrado’ aunque valoraremos ‘avanzar siempre’ para que sean los protagonistas del ataque por banda
- MCO en posición de MI-MD. Para propiciar el juego por dentro ‘Jugar en corto’ y ‘libertad de movimientos’
- MCD o MC. ‘Quedarse atrás al atacar’
- DC. Queremos referencias, así que ‘Quedarse en el centro’ y ‘Referencia’. Si queremos aumentar la posesión, uno de los DC puede tener la instrucción de ‘Falso 9’
Táctica personalizada recomendada:
Velocidad: 50/ Pases: 50 / Posición: Organizada
Pases: 60/ Centros: 60 / Tiros: 25 / Posición: Organizada
Presión: 60/ Agresividad: 40 / Anchura: 66 / Cubrir
Ejemplo de plantilla 4-4-2 Fifa Ultimate Team 2018 con dos MC como Modric y Koke. Unidos a Isco y Asensio en bandas se trata de una apuesta por la posesión, el toque por delante de la velocidad.
De inicio puede parecer un sistema casi en desuso y olvidado. La irrupción del 4-2-3-1 y el paso de la época dorada de los segundos delanteros influyó en ello. Así podría calificarse actualmente el 4-4-1-1, un sistema muy empleado a finales de los 90, especialmente en Inglaterra, en una época en la que el mediapunta era una posición poco apreciada -todo lo contrario a la actualidad- y en la que buena parte de las grandes figuras del fútbol europeo ocupaban la posición del segundo delantero, jugadores que, por sus condiciones, rendían mejor por detrás de un ‘9’. Con menor capacidad de creación de juego que un mediapunta pero con mayor vocación de remate, regate y visión de los huecos y los espacios que ofrecía el delantero. Era la época dorada de los Raul, Totti, Del Piero, Inzaghi, Rooney… Era la época dorada del ‘7’, jugadores con capacidad de trabajo para sacar el balón, construir juego y completar el ataque. Sin embargo la explosión del mediapunta y la llegada del 4-2-3-1 casi omnipresente en todos los equipos han dejado el 4-4-1-1 en casi un recuerdo.
Con una defensa de cuatro básica, en el medio campo forma con un doble pivote (puedes variar entre dos MCD, dos MC o con una combinación entre ambos) en línea con los jugadores de banda clásicos (MI–MD) por detrás de la figura del segundo delantero, el SD. Para emplear este sistema es conveniente tener un SD con capacidad de trabajo -alta en ataque y defensa – y buena capacidad de pase. Igualmente es interesante que el ‘9’ sea un jugador rematador y buena capacidad de definición y cabeza.
El juego en ataque en la 4-4-1-1 pivota alrededor del segundo delantero -image 1- un jugador que preferiblemente tendrá una buena capacidad de pase y generación de juego, dado que es el encargado de enlazar con el delantero. Un sistema que lleva a un juego de elaboración que permita la incorporación -imagen 2- del resto de jugadores, preferiblemente los jugadores de banda, lo que por momentos dibujará sobre el césped una especie de 4-2-3-1. Y si en el inicio de la jugada el segundo delantero tiene un importante papel, en la resolución también puede tenerlo. Sus movimientos -imagen 3- pueden ir encaminados a diversos finales. Teniendo en cuenta que es un sistema en el que se juega con un ‘9’ fijo y rematador, una de las posibles opciones es un centro al área desde las bandas buscando un remate, al que se incorporaría el SD, para lo que sus movimientos de ataque deberían ser hacia el área:
Pases: 45/ Centros: 77 / Tiros: 53 / Posición: Organizada
Teniendo en cuenta las capacidades del SD, otra de las opciones es lanzar pases al hueco, ya sean desde el propio SD hacia el ‘9’ o los jugadores de banda, o que sea éste el que los aproveche llegando desde segunda línea. Aceleración o Velocidad como rasgos de ese segundo delantero puede facilitar esta labor:
Pases: 67 / Centros: 50/ Tiros: 55 / Posición: Organizada
En cualquiera de ambos casos podemos aprovechar la situación del SD en la frontal del área para potenciar la capacidad ‘Tiros’. Será importante que el segundo delantero tenga una buena tasa de disparo. En caso contrario será mejor rebajar dicho valor.
Táctica básica personalizada recomendada:
Velocidad: 45/ Pases: 49 / Posición: Organizada
Pases: 67 / Centros: 75 / Tiros: 55 / Posición: Organizada
Presión: 57 / Agresividad: 36 / Anchura: 66 / Cubrir
¿Cómo jugar con el SD?
El segundo delantero es el jugador clave desde el que entender la 4-4-1-1, un ‘9’ con alma de ’10’. Porque el segundo delantero es un jugador que, siendo delantero, por sus condiciones intrepreta el juego más como un enlace hacia el gol, ajeno o propio. Y es ahí donde radica su distancia con el mediapunta.
El delantero centro cohabita a la espalda del ‘9’, en los espacios que el delantero referencia le ofrece en su brega particular con los centrales. De saber aprovechar este espacio, tanto para dar claridad en el juego como para romper las líneas hacia el gol, radica el éxito del jugador y la táctica.
Entendida esta diferencia deberás aprovechar la presencia del SD -segundo delantero- en la zona de tres cuartos para aprovechar los espacios por delante de la defensa para recibir el balón y , a partir de este instante, tomar diferentes decisiones, desde abrir la jugada a la banda, devolver el juego a los centrocampistas, buscar el pase al DC o buscar la entrada al área -con jugada individual o con una pared con el ‘9’- para buscar el gol. Y es quizás este último aspecto donde el SD debe sorprender al rival y marcar distancias con el mediapunta.
Combinación, capacidad de pase en corto, disparo colocado, regate y entrada desde segunda línea hacia el gol son algunas de las cualidades que debe mostrar un segundo delantero.
Aunque por semejanzas con la 4-4-2 se podría entender que la labor de los laterales es similar, lo cierto es que varía. Varía por la presencia del SD. Con un jugador en segunda línea, jugando por dentro, los jugadores de banda no invadirán su espacio. Por ello la presencia de los laterales en situación de extremo será coyuntural.
Para algunos la mejor manera de ocupar el campo, para otros la forma ideal de explotar la velocidad de tu equipo. Yo me inclino por esto último. El 4-3-3 es una de las formaciones predilectas de aquellos a los que gusta correr y exprimir hasta el agotamiento el botón del regate.
La básica, la mejor. Un mcd bien acompañado por delante, y de forma escalonada, por dos medios volantes (mvi y mvd) suele ser lo habitual en una táctica que debe estar siempre determinada por la velocidad en las jugadas y la abundancia de centros al nueve – personality cabeceador y fuerza – desde los extremos, que deben ser también un recurso en la diagonal buscando el disparo tras regatear al lateral o al central.
Las combinaciones que ofrece son múltiples, pero todo depende también del tipo de jugadores o partido a los que te enfrentes.
Ultradefensivo, formado por mcd-mdd-mdi donde la táctica debe ir dirigida al juego en largo. En este caso es habitual también emplearla sin extremos y recurrir a una linea de ataque formada por 3 delanteros (di-dc-dd), alguno de ellos incluso un poco más retrasado. En este caso se aconseja que los mediosvolantes defensivos tengan exigencia alta
Para los más ofensivos siempre cabe una línea de tres en el centro del campo formada por tres medios centros creativos (mvi-mc-mvd), ya sea en línea o levemente escalonados. En este caso la opción de juego siempre debe apoyarse en una táctica con apoyos y juego en corto, se puede ajustar un alto porcentaje en pases de riesgo y una velocidad que no supere el 50. Puede ser aún más ofensiva si recurrimos a la figura de un mediocentro ofensivo. En este caso la opción más correcta sería el uso de los tres escalones del centro del campo (mcd-mc-mco) en la que recuperaremos la figura de medio centro defensivo para dar equilibrio a un juego tácticamente de nuevo en corto, pase mixto (tanto al pie como en largo) y que ofrece igualmente las opciones de apostar por centros al área, alto porcentaje de riesgo en los pases en ataque y alto porcentaje en posiciones de tiros gracias a la presencia de un mediocentro ofensivo que llega desde segunda línea.
¿Cómo defender con un 4-3-3?
El 4-3-3 desarrolla su faceta defensiva a partir del trivote de jugadores que conforman el centro del campo, con independencia de si tu elección para conformar el mismo es a partir de jugadores defensivos u ofensivos. Con un 4-3-3 puedes elegir una presión alta –imagen 1– en la que el trivote se una al tridente ofensivo, buscando ahogar al rival de mediocampo hacia adelante, o una presión en campo propio –imagen 2– en la que liberarás a los tres atacantes de labores defensivas y en la que esperarás al rival en tu centro del campo. Bien es cierto que la primera de las opciones –imagen 1– puede ser más aconsejable si eliges como acompañante a tu MCD dos volantes con más capacidad ofensiva que defensiva, mientras que la segunda –imagen 2– se adapta mejor a un centro del campo más defensivo y para aquellos que buscan jugar a la contra y con balones en largo a la zona de ataque.
¿Cómo atacar con un 4-3-3?
Indudablemente la forma en la que desarrollar el ataque dependerá tanto de nuestras pretensiones por llevarlo a cabo de una manera concreta como de las características del rival, que pueden hacernos modificar nuestras intenciones. En el 4-3-3 disponemos de tres jugadores en ataque, con la característica de que dos de ellos parten muy abiertos, lo que la hace muy atractiva ante defensas de tres. Dos extremos cuya movilidad podemos aprovechar para plantear diversas formas de ataque. Dos extremos que no tiene por qué jugar pegados a banda. Una de las opciones -imagen 1- es que los extremos busquen con sus diagonales posiciones interiores más propias de delanteros buscando con ello remates directos. Sus posiciones en los extremos pueden ocuparlas entonces otros jugadores. Si jugamos con laterales o carrileros -imagen 1- serán ellos los que las ocupen, otra de las opciones -imagen 3- es que la ocupen dos jugadores del centro del campo, para lo cual es conveniente jugar con MVI y MVD. Dos jugadores que pueden adelantar sus líneas cuando los extremos no abandonan la banda -imagen 2- y llegan a posiciones de remate y disparo.
Son los interiores -ya sean ofensivos o defensivos- dos de las piezas claves a la hora de desarrollar el tipo de juego que se busque. Dos jugadores que desarrollarán su labor ofensiva -imagen 1- en un triángulo imaginario que se abre hacia la frontal del área, donde los interiores tienen la capacidad para llegar con su influencia. A partir de ese punto, y en función de la táctica personalizada elegida, se abren abanicos como puede ser la opción del disparo -imagen 2- desde la frontal o bien la opción del pase -imagen 3- hacia las diversas opciones de ataque.
¿Pueden formar dos MCO el centro del campo en un 4-3-3? Nos gusta en ElRinconDeChava respetar las posiciones naturales en cada una de las tácticas, sin embargo tratamos aquí una modificación que gusta hacer a algunos, y es emplear la 4-3-3 con dos MCO ocupando las posiciones de MC -MVI y MVD- como escoltas del MCD. Puede hacerse esta modificación, pero debes tener en cuenta algunos aspectos para no desesquilibrar a tu equipo.
Se trata de una apuesta ofensiva que puede generar problemas en defensa. Y es que los MC -MVI y MVD- no sólo se encargan de construir, son los encargados de guardar las espaldas a los extremos y ayudar a los laterales para no sufrir situaciones de 2vs1. Por ello cuando decidas apostar por un MCO en posición de interior debes buscar un MCO con una capacidad de trabajo Ataque/Defensa que en este último aspecto no sea bajo, porque con el paso de los minutos te puede provocar problemas. Frente a lo que muchos optan por hacer, elegir simplemente un MCO por su velocidad es un error. Este dibujo no sólo consiste en correr. Apuesta por un MCO creativo, que te permita tener el balón, con buenas estadístias en conceptos como Pase Corto, Pase Largo, Regate… Una puesta que afecta también a los extremos, obligados de esta manera a tener un ojo en defensa. No pueden olvidarse de la misma.
Una de dudas que suelen asaltar cuando se juega con extremos -en cualquier formación que los emplea- es cómo desarrollar su juego. ¿Mantenerlos pegados a la cal o emplear sus virtudes en vertiginosas y rápidas diagonales hacia el área? Decidirlo dependerá de varias cuestiones, no sólo de tu estilo de juego o de las virtudes de tus extremos, sino de las propias características del delantero centro o del trabajo encomendado a los centrocampistas.
No obstante lo primero de todo es conocer cómo es nuestro extremo. Para convertirlo en un ‘delantero’ con sus diagonales al área deberá tener entre sus virtudes la velocidad, aceleración, regate y buena capacidad en remate, ayudando alta capacidad ofensiva y rasgos y habilidades como centella, regateador o tiro de calidad.
Calibra las características y trabajo de tu delantero centro. Si juegas con un ‘9’ estático, referencia y rematador, la opción básica debe llevar a los extremos a ocupar la cal -imagen 1- evitando ocupar espacios del delantero centro. Una zona a la que incluso pueden acceder los centrocampistas, en caso de tener una alta tasa ofensiva, lo que puede provocar saturación en la zona de gol. Una situación que no ocurre con un ‘falso 9’ -imagen 2- o cuando nuestro delantero destaca por su movilidad y versatilidad. Un delantero móvil y veloz, no tan estático y que se mueve con facilidad, puede ser una inivitación a que los extremos abandonen la banda -imagen 3- para ocupar la zona que deja vacía el delantero.
El 4-3-3 construye el ataque de abajo hacia arriba, desde el área propia hacia la ajena. Y en el área ajena está la explicación de cómo debemos abordar la función de nuestros laterales. Hasta el medio campo su función será el de apoyo a la generación del juego, a partir de ese punto miramos a los extremos. Si queremos que juegen pegados a la cal, los laterales no deberán invadir su espacio. Si queremos que entren hacia el área, los laterales apoyarán sus envestidas. En este caso debemos entender que debe existir un retorno. No es ya cuestión de velocidad, la cual la ponen los extremos, es cuestión de resistencia.
Táctica personalizada recomendada para la 4-3-3:
Velocidad: 57/ Pases: 50/ Posición: Organizada
Pases: 67 / Centros: 45/ Tiros: 60/ Posición: Organizada
Presión: 57 / Agresividad: 55/ Anchura: 50/ Cubrir
El valor ‘Centros’ lo determinará el DC y los extremos. Si tenemos un delantero centro rematador y unos extremos pasadores, el valor deberá ser alto. El valor en ‘Tiros’ lo determinará la capacidad de disparo desde la frontal de nuestros mediocentro y extremos. Por lo general el 4-3-3 permite las llegadas desde segunda línea que debes aprovechar.
Sin jugadores de banda definidos, la 4-3-3 es una de las formaciones en la que merece la pena pararse a definir el papel de los laterales. En el caso -imagen 1- de que nuestros centrocampistas -MVI y MVD- gocen de libertad de movimiento y capacidad de llegada, es aconsejable que los laterales en ataque tengan una aportación que les lleve a posicionarse en la medular, generando una nueva línea de pase. En el caso –imagen 2– de que la posición de los MVI y MVD sea ‘fija’ sin duda alguna la apuesta deberá ser por laterales que en función ofensiva ejerzan de extremo. Sus espaldas, en este caso, deberán cubrirla los centrocampistas, que guardarán la posición.
Táctica personalizada recomendada:
Velocidad: 55/ Pases: 50/ Posición: Organizada
Pases: 67 / Centros: 40/ Tiros: 67/ Posición: Libre
Presión: 60/ Agresividad: 55/ Anchura: 50/ Cubrir
Con dos DC ocupando la zona de extremos, el objetivo será arrancar con descaro hacia el interior, buscando precisamente las virtudes de los mismos en el remate. Disparos, pases al hueco en busca del último toque, elaboración rápida buscando la zona de gol… Aunque no haya mediocentros ofensivos que enganchen la zona de ataque y mediocampo, el juego directo es el objetivo, aunque siempre pasando por los MC.
En los últimos años una de las últimas tendencias ha sido la ausencia de delantero puro sobre el césped, el famoso ‘falso 9’, una modalidad puesta en práctica en su máxima expresión por el Barcelona de Guardiola y Messi, figura esta última clave en el desarrollo de una formación donde el ‘falso 9’ se multiplica en una múltiple función. Ocupando una posición de segundo delantero sobre el campo, ejercerá tanto como mediocentro ofensivo, colaborando en la generación del juego en tres cuartos del cesped, como delantero en posiciones de remate, o como jugador de segunda línea gracias a que su movilidad y posicionamiento deja espacios que deberán aprovechar los extremos.
Así pues la movilidad y la libertad de movimientos es la característica principal en el 4-3-3 con falso ‘9’, donde la táctica deberá dirigirse hacia la posesión, el juego de ataque, los pases al hueco y las diagonales de los extremos hacia el área aprovechando los espacios que deja la ausencia de delantero, el cual será eje en las últimas decisiones del ataque.
Más allá de consideraciones tácticas defensivas -similares a otros 4-3-3 clásicos- la táctica personalizada recomendada:
Velocidad: 40/ Pases: 40/ Posición: Organizada
Pases: 67 / Centros: 30/ Tiros: 60/ Posición: Libre
Recuerda que es muy conveniente que los extremos jueguen buscando siempre el área más que la banda… Con ello los laterales pueden ser una gran herramienta de ataque.
Poco utilizada en el fútbol real y extraña entre los jugadores de FIFA. Es la 4-2-2-2 una formación complicada de gestionar por su ausencia de equilibrio, especialmente con el paso de los minutos y la tendencia a romperse por el centro cuando las fuerzas flaquean, evolucionando a una especie de 4-2-4 donde los MCO, protagonistas de esta formación, terminan ejerciendo de falsos delanteros y falsos extremos.
Línea básica de cuatro donde la función ofensiva de los laterales dependerá de los movimientos de los MCO. No es lo mismo que jueguen pegados a banda que acaben en el interior. En el primero de los casos la función ofensiva será normal, en el segundo subirá enteros. Innegociable es un doble pivote defensivo (MDI-MDD) con dos jugadores con capacidad de trabajo en defensa ‘Alto’. Ninguno de ellos tendra obligaciones ofensivas más allá de la distribución inicial del juego. Primer pase, transición entre bandas y apoyos a los jugadores en tres cuatros del campo. Más allá de ello pondrá en riesgo el equilibrio.
Protagonizan la 4-2-2-2 los MCO -MOD y MOI en FIFA 18- anclados en bandas. Punto de partida pero no de final. Aquí radica una de las decisiones que debes tomar. Libertad absoluta de movimientos para ambos jugadores de bandas.Juego interior y exterior en uno. La cal para los laterales. Distribución hacia dentro, ruptura en diagonal y combinación con los delanteros. El objetivo, romper marcajes desde la libertad de movimientos. No importa su velocidad, importa su capacidad de pase, visión, regate y disparo.
Hay quienes optan por emplear de inicio la 4-2-2-2 con colocando jugadores MD-MI en las bandas e incluso extremos ED-EI. La realidad es que se trata de un error de partida, dado que existen otras formaciones para ello mucho más acordes, como la 4-4-2.
Como ya hemos mencionado, uno de los mayores problemas que puede generar la 4-2-2-2 es el desequilibrio defensivo que se genera por la colocación de sus líneas. La zona que se genera -imagen 1- entre la pareja de pivotes y los delanteros, donde se echa en falta un MC, MCO, MP o SD, pueder ser un problema ante formaciones que sí dispongan de ello. Una zona que un rival que le guste manejar la pelota puede aprovechar. Igualmente los espacios que pueden generarse en bandas. Por ello uno de los objetivos a la hora de defender en este sistema es -imagen 2- achicar esos espacios. Para ello el camino debe ser estrechar líneas en defensa hasta generar una especie de 4-4-2. Lo más recomandable, convertir el centro del campo en la zona de presión. Si en defensa hay que tomar precauciones, en ataque -imagen 3- el 4-2-2-2 invita a la libertad de movimientos, en los que la banda pueda ocuparla el delantero y la delantera el jugador de banda.
Lo habitual en la 4-2-2-2 es que los jugadores de banda, MCO que arrancan desde la línea de cal, caigan en ataque hacia posiciones interiores, creando superioridad por dentro y generando un espacio por fuera que pueden aprovechar los laterales. ¿Hasta qué altura? Eso debes definirlo, optando por un lateral cuyo despliegue le convierta, con posesión de balón, en centrocampista, o algo más, llevándole a posiciones de línea de fondo para sacar partido a todo el carril, generando así superioridad en tres cuartos de campo.
La táctica personalizada recomendada:
Velocidad: 45/ Pases: 39/ Posición: Organizado
Pases: 71/ Centros: 43/ Tiros: 72/ Posición Libre
Presion: 60/ Agresividad: 50/ Anchura: 66/ Cubrir
Una de las evoluciones naturales -especialmente a medida que pasan los minutos de partido y el fisico de los jugadores impide la vuelta atrás- del 4-2-2-2 es el ofensivo 4-2-4, una formación que destaca por el bagaje ofensivo pero también, y como se puede presuponer, por la tendencia a romperse en dos partes, los 6 que defienden y los 4 que atacan. E incluso en el peor de los casos 6 que atacan y 4 que defienden. Será una formación que parte de dos MCD para cubrir el centro del campo y cuyos extremos invitan al uno contra uno.
Con una defensa en línea, los laterales no ‘deberían’ ser una opción ofensiva. Sin interior nadie cubrirá sus subidas, y llegar a posiciones ofensivas y doblar al extremo no es una opción factible. Con dos mediocentros defensivos (MDI-MDD) sin labor ofensiva, esta formación guarda su pólvora en la zona de ataque con dos extremos (EI-ED) y dos delanteros (DI-DD) que, al contrario que el resto del equipo, no tendrán obligaciones defensivas.
Los extremos partirán de inicio con dos opciones de movimiento en ataque: las diagonales hacia el área para buscar el disparo, o la subida hasta línea de fondo para buscar el centro. En función de esto los delanteros (DI-DD) buscarán la movilidad hacia las bandas si el extremo cae a banda o permanecer como referencia rematadora en el área si el extremo centra desde la banda.
Esta opción la usaremos especialmente cuando nuestros extremos tengan un valor alto en centros al área y sobre todo centros anticipados, lo que ayudará al remate. Igualmente cuando los delanteros sean rematadores y cabeceadores, tengan valores altos en remates de cabeza, fuerza y voleas, con independencia de su velocidad.
Se trata de un dibujo en el que resulta conveniente acabar la jugada porque el vacío que se genera en tres cuartos del campo puede resultar complicado contrarrestar. Dos mediocentros defensivos con capacidad táctica o motor pueden colaborar a apuntalar estos vacíos.
A riesgo de desproteger la defensa podemos optar porque tanto nuestros MCD como nuestros laterales den un paso hacia adelante, reduciendo las distancias en ataque entre líneas -imagen 2- y reduciendo los espacios para el rival en caso de pérdida del balón en ataque y contra.
Táctica personalizada recomendada:
Velocidad: 80/ Pases: 55/ Posición: Organizada
Pases: 70/ Centros: 66 / Tiros: 50/ Posición: Organizada
Presión: 60/ Agresividad: 61/ Anchura: 47/ Cubrir
Entre lo defensivo y lo ofensivo. Así se podría hablar de la 4-3-1-2, una táctica muy a la ‘italiana’ con la que gestionar la pelota desde el centro del campo -eje de todo el sistema- olvidando por momentos las bandas, un elemento secundario. El juego pivota sobre el armazón de un trivote -defensivo u ofensivo- que da la cobertura necesaria a una zona de ataque donde el MCO es el engranaje de una doble pareja de delanteros incuestionable. Un sistema que ejemplifica a la perfección el Milan 2002-2003 de Carlo Ancelotti, campeón de Champions con un sistema que en el centro del campo aglutinaba un trivote formado por Gattuso, Pirlo y Seedorf (estos dos últimos con libertad para sumarse al ataque), Rui Costa liberado en la mediapunta y Shevchenko e Inzaghi como delanteros. Podría confundirse con un 4-1-2-1-2, en rombo cerrado, pero tiene sus diferencias.
Por delante de una línea defensiva de cuatro, la primera elección debe ser el tipo de trivote que se busca. No es lo mismo formar con un MCD escoltado de MDI y MDD, que un MCD con MVI y MVD. La primera opción, defensiva, obliga a jugar bien a la contra o a una velocidad más lenta. En el segundo de los casos las opciones ofensivas y la velocidad se incrementan en la zona de creación. Los mediovolantes deberán ser los encargados de sumarse tanto al ataque como a la defensa, llegando hasta línea de tres cuartos cuando se tenga la pelota. Lo recomendable es la presencia de laterales de largo recorrido, que serán los encargados de ocupar las bandas y, llegado el caso, de colgar balones al área. Ocasionalmente pueden ocupar esta zona los MVI y MVD, pero ello generará un desgaste contraproducente. En la mediapunta el MCO será el protagonista. Será el encargado de entrar desde la segunda línea. Será el encargado de realizar el último pase al hueco al delantero, disparar desde la frontal o ingresar en el área como si de un tercer delantero se tratara. Por tanto, para usar esta táctica deberás tener un MCO con destacadas cualidades ofensivas y un mediocampo potente.
¿Qué tipo de centro del campo escogemos?
Cuando decides escoger como formación la 4-3-1-2 (o 4-1-2-1-2, rombo cerrado) debes hacerlo teniendo en cuenta que el cuarteto de centrocampistas son la clave del sistema. Buen ejemplo supone la Juventus 2013-14 con un centro del campo configurado por Pirlo, Marchisio, Pogba y Vidal, cuatro jugadores que combinaban a la perfección técnica y pase con despliegue físico, llegada y remate.
Cabe decir que no existe un centro del campo estandar para este tipo de formación, existen tantas combinaciones como jugadores mezcles en el cuarteto. Eso sí, ten siempre clara una cosa, no tiene sentido recurrir a esta formación y situar los MD y MI como MC. Si quieres jugar con jugadores de banda, usa el rombo abierto tradicional.
El 4-3-1-2 está conformado por cuatro centrocampistas puros, colocados en el centro del campo con el objeto de dominarlo y convertirlo en el eje de todo lo que pase. Bien con MC o con MCD, el objeto básico es reunir cuatro jugadores donde se combine lo defensivo, lo físico y lo técnico. Dada la presencia de cuatro centrocampistas, no es necesario que el MCD sea físicamente poderoso siempre y cuando se le arrope de dos MC que permitan apoyar sus carencias defensivas. En este caso ese MCD buscaremos que sea técnicamente el protagonista, como pasaba con Pirlo, escoltado por dos jugadores con despliegue como Vidal y Pogba.
Como decíamos, son los propios jugadores los que harán de tu 4-3-1-2 un equipo ofensivo o defensivo. Buen ejemplo de un 4-3-1-2 defensivo es el PSG 2014-2015 con Motta como MCD puro y escoltado por Matuidi y Verrati, dos jugadores de corte mucho más defensivo, táctico y físico que ofensivo. En este caso el peso de las operaciones deberá recaer sobre el MCO, que puede ser un mediapunta creador subordinado a los delantero o un mediapunta que ejerza de segundo delantero. Con esta apuesta en mejor jugar a la contra y sobre los tres jugadores de la zona alta.
Puedes aportar mucha táctica, creación y capacidad ofensiva situando jugadores propios de posiciones de mediapunta en la zona de centro del campo. Ganarás regate, tiro y pase pero deberás ser consciente de que perderás capacidad defensiva, agresividad y táctica. Buen ejemplo, un centro del campo formado en el Real Madrid 14-15 con Kroos, Modric, James e Isco.
Y en esa apuesta por el 4-3-1-2 ofensivo, un paso más es situar no sólo jugadores MCO en posiciones de centro del campo, sino a un delantero en la posición del vértice superior del rombo. Buen ejemplo, con el Barcelona 14-15, serían Busquets, Iniesta, Rakitic y Messi en el vértice del ataque.
Táctica personalizada (fuerte defensa y jugar con posesión de balón):
Velocidad: 45/ Pases: 45/ Posición: Organizada
Pases: 60/ Centros: 35/ Tiros: 70/ Posición: Libre
Presión: 50/ Agresividad: 72/ Anchura: 50/ Cubrir
Aprovechando la presencia del trivote jugaremos con una defensa fuerte y agresiva ejerciéndola desde el centro del campo – Presión 50 – para recuperar la pelota y comenzar a moverla en corto – Pases 45 – para llevarla a zona de tres cuartos, donde mandará el MCO. Dado que es una táctica sin interiores optaremos por acabar las jugadas bien con disparos desde la frontal – Tiros 70 – o con un último pase al hueco – Pases 60 -. En este caso buscamos la libertad de movimientos en zona de ataque, de modo que los delanteros podrían caer a bandas.
Táctica personalizada (Presión arriba y jugar a la contra):
Velocidad: 75/ Pases: 60/ Posición: Organizada
Pases: 70/ Centros: 35/ Tiros: 45/ Posición: Organizada
Presión: 69/ Agresividad: 72/ Anchura: 45/ Cubrir
En el caso de buscar el juego a la contra, el objetivo será recuperar el balón lo más pronto posible – Presión 69 – y armar el ataque con velocidad – Velocidad 75 – buscando bien un pase largo o un pase al hueco a los dos delanteros esperando la definición en el área.
Táctica personalizada (Juego de elaboración, centros al área y fuerte presión defensiva):
Velocidad: 47/ Pases: 41/ Posición: Organizada
Pases: 67/ Centros: 70/ Tiros: 45/ Posición: Organizada
Presión: 69/ Agresividad: 60/ Anchura: 45/ Cubrir
En este caso la apuesta es radicalmente distinta. De inicio se busca la posesión de la pelota y la generación del juego a través de pases en corto –41– y creación pausada –47-. Con esa velocidad pensaremos en la incorporación de los laterales como una posibilidad real en ataque. Fruto de ello pensaremos en la opción de los centro al área –70– como una opción preferencial junto con los pases al hueco –67– desde el MCO a los delanteros. A la hora de defender, y pensado en nuestro trivote, emplearemos una presión adelantada –69– con notables apoyos –60-.
Sólida en defensa – se llega a defender con 10 jugadores – y plomiza en ataque, de toque tranquilo, avance paso a paso, toque, mucho centrocampismo y dominio de balón. Son algunos de los aspectos que pueden verse en la 4-1-4-1, una táctica muy polifacética que de inicio resulta complicada aplicar para jugar a la contra, aunque se puede.
La Alemania de Joaquim Löw o la España de Luis Aragonés, entre otros ejemplos, la usaron para dar salida a todos sus jugones en el centro del campo. El resultado, dominio de balón y mucho juego de toque defendiendo desde la posesión del balón. Versión ofensiva. La defensiva se pudo ver de la mano de Mourinho en la final de Copa del Rey ante el Barsa de Guardiola. Un Real Madrid fuertemente replegado -incluido Cristiano-, sin posesión de balón, con Pepe -central- en el centro del campo y lanzado a la contra a partir de la recuperación.
Las principales variantes que puede ofrecer la 4-1-4-1 parten de la selección de jugadores que formarán la línea de cuatro en el centro del campo. Como base, una defensa básica de cuatro -dos centrales y dos laterales- con un MCD un paso por delante. Dada la acumulación de jugadores en el centro del campo, no es preciso que entre sus características domine el físico o lo defensivo. Comodín para las ayudas en defensa, y ‘escoba’ en las recuperaciones en faceta ofensiva, su faceta creadora puede ser especialmente aprovechable.
Las variantes arrancan en la línea de cuatro centrocampistas, donde podemos recurrir a una configuración clásica –MI, MVI, MVD, MD– en la que situemos jugadores propios de cada posición o una más alternativa donde incorporemos MCO o MC en las posiciones de MI y MD, acumulando cuatro centrocampistas puros. Inclusive puedes arriesgar con una línea de cuatro MCO en la que sería conveniente, esta vez sí, cerrar con un MCD más defensivo.
La forma en que queramos afrontar el ataque determinará nuestra concepcion del 4-1-4-1. Si queremos cerrarnos en defensa y atacar desde la contra -imagen 3- elegiremos un DC rápido que permita aprovechar los lanzamientos en largo y pases al hueco. Podemos ayudarle con los MVI y MVD acudiendo como ayuda desde la segunda línea a la espalda del delantero. Otra opción de ataque es el clásico desarrollo del juego -imagen 1- desde las bandas a través de los MI y MD. Un juego muy similar al que se realizará con un 4-4-2, aunque con un único DC aguardando el pase.
Sin embargo el 4-1-4-1 nos permite poner en práctica un juego diferente a través de la posesión y el dominio del balón. En este caso -imagen 2- dejamos las bandas en manos de los laterales y convertirmos la línea de cuatro centrocampistas en los protagonistas. Serán los que muevan el balón desde la segunda línea, actuando todos ellos por dentro. Toque y toque bien hasta encontrar el pase al hueco al DC o descargando a banda, donde el lateral colgará el balón. En estos casos nuestro ‘9’ no tiene porqué tener en la velocidad su mejor virtud, sino en el remate. La que tenga debe meterla.
No olvides que dispones de una importante segunda línea que puedes aprovechar en lanzamientos desde fuera del área.
Una de las cuestiones que debes manejar con inteligencia en el 4-1-4-1 es la defensa. Se trata de una formación desde la que sacar provecho a la eliminación de espacios al rival en el centro del campo. Si no quieres parapetarte en tu campo deberás optar por una Agresividad elevada, subiendo líneas en bloque. Una de las opciones más recomendables -imagen 2- es elevar al máximo tu línea de presión, llevándola al campo contrario, aprovechando incluso a tu delantero. Con lleva un peligro, deja espacios a la espalda y con ello las contras, así como el desgaste físico de tu equipo.
Presión: 80/ Agresividad: 70 / Anchura: 66 / Cubrir (o Fuera de juego, al gusto)
Otra de las opciones -imagen 2- es optar por una solución intermedia, llevando la presión al centro del campo, esperando al rival en la medular.
Presión: 57/ Agresividad: 67/ Anchura: 66 / Cubrir
Por último, y para los más conservadores, está -imagen 3- esperar en campo propio, donde el MCD queda casi como un tercer central. En este caso el delantero intervendrá menos en las operaciones defensivas. También se rebaja la presión -en este caso los jugadores deben aguantar la posición y no salir demasiado al rival- y al recuperar lo propio es optar por un balón en largo al DC. Demasiados metros te aguardan hasta la portería rival.
Presión: 39 / Agresividad: 49/ Anchura: 70/ Cubrir
Como ya se decía anteriormente, la 4-1-4-1 permite jugar con un juego directo o con posesión y dominio del balón. En este caso el peso del juego recae por dentro en los cuatro centrocampistas, dejando las bandas a los laterales. El juego se genera por dentro para, entre las distintas opciones, poder finalizar por fuera a través del lateral y un centro al área. Un lateral que sea un buen centrador y maneje conceptos de pase corto y largo es una ventaja por encima de la velocidad.
Táctica básica personalizada recomendada para el 4-1-4-1:
Velocidad: 42/ Pases: 50 / Posición: Organizada
Pases: 50/ Centros: 70 / Tiros: 52/ Posición: Organizada
Presión: 57 / Agresividad: 70 / Anchura: 66 / Cubrir
No es la 4-3-2-1 una formación habitual. No es habitual encontrar equipos que apuesten de inicio por tres delanteros en su once inicial, pero es una opción que nunca debes perder de vista si precisamente es lo que dispones en tu plantilla, de delanteros. Porque la 4-3-2-1 renuncia a los extremos, deja las bandas a los laterales y confía su juego a la pegada de sus tres jugadores de ataque. Una formación que te ofrece diversas opciones de configuración en los tres puestos del centro del campo (desde tres MCD a tres MC pasando por la natural y lógica MC-MCD-MC) y que te permite optar a partir de esa elección por el juego de posesion o el juego directo y de pegada, la principal. La configuración del once ayudará a determinarlo.
En defensa una línea de cuatro defensores teniendo en cuenta que la presencia de los laterales en ataque será innegociable. Su mayor o menor apoyo en ataque la determinarán la mayor o menor predeterminación de los segundos delanteros a caer a banda.
El centro del campo estará formado por tres centrocampistas puros. El eje del trivote recae en el MCD. A sus costados, dos MC -MVI y MVD- que podrán estar a mayor o menor distancia del MCD en función de tu juego o el juego del rival. Puedes optar por una versión más ofensiva, sustituyendo el MCD por un MC, aunque el equilibrio en defensa puede ponerse en cuestión. Igualmente puedes optar por unas alas más defensivas, MDD y MDI, aunque es poco recomendable salvo que busque atacar sólo con tus tres hombres de ataque.
La zona de ataque estará formada en su eje central por un DC arropado por dos segunos delanteros -SDD y SDI- o directamente por tres delanteros en las que dos de ellos ejercen de SDD y SDI, en cuyo caso el más lento deberá ocupar la plaza central.
Una de las primeras opciones – opción 1 – es buscar el desplazamiento de los SDI y el SDD hacia las bandas y laterales del área. Una opción que se adapta bien en el caso de querer que sean extremos los que ocupen estas posiciones. Una opción con la que se puede rebajar el trabajo en ataque de los laterales, siendo los SDI y SDD los encargados de realizar centros al área.
La segunda de las opciones – figura 2 – da pie a jugar tanto con tres delanteros natos, dos extremos o dos mediapuntas junto al DC. Las tres figuras de ataque deberán moverse con libertad por todo el frente de ataque, siendo los laterales los que asuman la responsabilidad de atacar desde las bandas, sin que sea necesario que el ataque termine en un centro en el área. Lo que se busca es generar una amplia presencia en ataque a la que uniremos el MVI y el MVD. Si los puestos de SDI y SDD lo ocupan mediapuntas, puedes optar por jugar a arriesgar en el pase al hueco y disparos desde la frontal, si optas porque sean delanteros las opciones deben pasar por el disparo desde la frontal y los centros al área por parte de los laterales, aprovechando la numerosa presencia en el área para buscar el remate.
Otra opción – figura 3 – es la mezcla de opciones. Optaremos porque los SDI y SDD se muevan por el exterior, dejando un hueco en la frontal del área para que lo aprovechen los MVD y MVI en ataque. Con cierta contención en ataque por parte de los laterales, lo que se genera es un dibujo en faceta ofensiva en la que se ocupa todo el frontal de ataque en el que el objetivo es mover la pelota de un lado al otro hasta observar el hueco – bien para meter el pase al hueco o para disparar – o bien finalizar con un centro al área. Permite un equilibrio muy interesante a la hora de finalizar el ataque siempre desde la posesión.
¿Cómo actuar con los SDD y SDI?
El 4-3-2-1 permite afrontar situaciones de superioridad en la frontal. Desmarques, pases al hueco, regate o disparos son algunas de las combinaciones que permite una formación con la que atacar la línea de defensa con tres delanteros. Una línea de tres en la que los SDI y SDD deben saber aprovechar los huecos que genere el DC. Y ello se traduce en tres espacios naturales de salida de la jugada, las zonas de extremos y la espalda de los defensores.
Con estos espacios, las salidas naturales pasarán por los espacios del extremo, terminandola jugada con un centro al área, o buscar diagonales desde la frontal al interior del área. Ello no significa que los SDD y SDI actúen como falsos extremos, sino que sean capaces de aprovechar esos huecos. La presencia de un ‘9’ que fije a la defensa puede ayudar. Esta jugada pueden dar origen a un pase al hueco -mientras se realizan- al interior del área y hacia el DC, o jugadas individuales donde se busque bien el disparo directo durante el recorrido o bien ingresar en el área buscando el remate más directo y próximo al portero rival.
Como ocurre con la 4-3-3, y dadas sus similitudes, la 4-3-2-1 es una de las formaciones en la que merece la pena pararse a definir el papel de los laterales. Esta valoración debe hacerse siempre y cuando el SDD-SDI (ya sea ocupado por mediapuntas o delanteros) entre hacia adentro. Porque en el caso de no ser así puedes provocar que en zonas de extremo coincidan con el lateral, ocupando la misma zona.
En el caso -imagen 1- de que nuestros centrocampistas -MVI y MVD- gocen de libertad de movimiento y capacidad de llegada, es aconsejable que los laterales en ataque tengan una aportación que les lleve a posicionarse en la medular, generando una nueva línea de pase. En el caso –imagen 2– de que la posición de los MVI y MVD sea ‘fija’ sin duda alguna la apuesta deberá ser por laterales que en función ofensiva ejerzan de extremo. Sus espaldas, en este caso, deberán cubrirla los centrocampistas, que guardarán la posición.
El delantero una de las figuas claves en todas las formaciones y no podía serlo menos en la 4-3-2-1, donde la frontal de ataque está formada nada menos que por tres, aunque dos de ellos ejerzan como SDI y SDD. Y es por ello que el DC, que ocupa la parcela central del ataque, es una pieza clave en el entramado ofensivo. Porque esta formación requiere de un delantero clásico, puro, fuerte, potente de trabajo Alto en ataque, capaz de aguantar a los defensas, fijarlos y crear los espacios para los SDI y SDD. Pero también un rematador oportunista.
No importan la velocidad o la capacidad de regate, rasgos más indicados para los SDI y SDD. Apuesta por un DC con rasgos como Intenta Superar a la Defensa, Cabeza Potente o habilidades como Ratón de Área o Amenaza Aérea, con buenos números en Definición.
Táctica personalizada (básica para juego de elaboración):
Velocidad: 45/ Pases: 50/ Posición: Organizada
Pases: 67/ Centros: 50/ Tiros: 50/ Posición: Organizada
Presión: 60/ Agresividad: 72/ Anchura: 60/ Cubrir
En este caso la táctica está buscada para jugar desde la elaboración –Velocidad 47– y la posesión para avanzar a posiciones ofensivas. El posicionamiento organizado permite que tanto los segundos delanteros como el delantero centro ocupen sus espacios básicos. En este caso apostamos por buscar un pase al hueco –Pases 67– desde el que iniciar la jugada de ataque. El número en centro –50– y tiros –50– esta en valores básicos que se pueden modificar en función de los jugadores de los que dispongamos en ataque.
La 4-3-2-1 nos ofrece una variación en la que los SDI y SDD dejan paso a dos delanteros centros -que no segundos delanteros- para formar una línea de tres en ataque en cuyas botas recae la labor ofensiva de un dibujo buscado, especialmente, para un juego directo. Porque con tres delanteros sobre el césped el estilo de juego no será prioritariamente el dominio, la pausa o la posesión, si bien no por ello es descartable. Hay que tener siempre muy en cuenta que todo depende de quiénes son los jugadores que tienes sobre el campo. Y en este caso se opta por un 4-3-3 con tres delanteros centros cuando el potencial de los mismos lo justifica. El simple hecho de tener tres DC en el equipo no es justificación suficiente para apostar por este dibujo.
La diferencia de esta formación con la 4-3-2-1, muy similares, es que la 4-3-3 parte de tres delanteros centros, mientras que la 4-3-2-1 la segunda línea serán segundos delanteros. Varían los movimientos y varía el juego.
Con en el resto de opciones con tres mediocentros, en el juego defensivo –imagen 1– serán los tres centrocampistas los encargados de moverse en una parcela donde, con 3 delanteros centros no tendrán la ayuda por bandas que podrían tener de contar con extremos. Sin jugadores en zona de mediapunta-mediocentro ofensivo-segundo delantero queda un vacío –imagen 2– cuya forma más sencilla de gestionar es a través de un juego muy directo a zonas de remate desde las posiciones de mediocentro donde buscar la presencia de tres delanteros ante una defensa rival a la que, si pillamos a la contra, estará en inferioridad.
Conocida por algunos como la formación del ‘árbol de navidad‘ por la forma que dibujan los jugadores sobre la pizarra y antiguamente definida como 4-3-2-1, FIFA nos la presenta como 4-5-1. Se trata de una formación donde los protagonistas son los mediapuntas, los centrocampistas ofensivos. A diferencia de la 4-1-4-1, es una formación pensada más para lo ofensivo, lo creativo, la llegada desde segunda línea, el toque y el golpeo desde la frontal.
Una formación con puestos muy definidos. Todo lo que sea salirse del esquema base -con dos MCO por detrás del DC- deberá hacer repensar si redibujar el equipo sobre la 4-1-4-1 o la 4-3-2-1.
En defensa una línea de cuatro defensores teniendo en cuenta que la presencia de los laterales en ataque no es obligatoria. La presencia de los MD-MI en el equipo permiten una ocupación de inicio más natural y posicional de las bandas. Y si en las instrucciones individuales los laterales tendrán un apoyo en ataque ‘equlibrado’, los MD-MI deberán tener una ‘actitud en defensa: bajar a defender’. El motivo, la 4-5-1 forma con un MC como pivote y no con un MCD, por lo que será necesario que los jugadores de banda le apoyen.
Así pues, un MD-MI de recorridocorte clásico. Ida y vuelta. Puedes optar por situar en la posición del MC un MCD. La zona de ataque estará formada en su eje central por el DC arropado bien por dos mediapuntas -MCO-. En función del tipo de juego que desees desarrollar en ataque puedes optar por un DC referencia y rematador, si le vas a surtir con centros desde las bandas, o un DC que ejerza de falso 9, se desmarque y sus movimientos los aprovechen los MCO bien para buscar el pase al hueco o aprovechar los espacios buscando el gol .
Táctica personalizada (básica para juego de elaboración):
Velocidad: 50/ Pases: 49/ Posición: Organizada
Pases: 36/ Centros: 50/ Tiros: 50/ Posición: Organizada
Presión: 66/ Agresividad: 52/ Anchura: 66/ Cubrir
Se trata de una táctica pensada para elaborar el juego en el centro del campo, seguridad en el pase y finalización en ataque con un centro o un disparo desde la frontal. Si deseas apostar por el pase al hueco, reduce el valor de centros y eleva el de pases. En defensa, buscamos aprovechar la línea de cinco centrocampistas elevando la línea de presión -66-.
No son las formaciones con cinco defensas habituales en la actualidad, aunque lo cierto es que aún se pueden encontrar equipos que tienen a utilizarlas. La seguridad que suelen conceder gracias a sus cinco defensores -tres centrales y dos laterales- son un buen punto de partida para construir un equipo sólido no sólo en defensa, sino en ataque. Buen ejemplo es la 5-2-1-2, una formación consistente en defensa pero que en ataque se organiza en torno al MCO. A diferencia de la 5-2-2-1, la 5-2-1-2 invita a masticar la jugada en ataque desde la posesión.
La 5-2-1-2 se sostiene sobre cinco defensores y dos mediocentros puros. La presencia de un MCO por delante crea un triangulo en el centro del campo donde se genera la jugada. Y todo ello con la aportación de los carrileros. Porque en este caso carrileros se sumarán al ataque, convirtiendo esta formación en faceta ofensiva en una 3-4-1-2 muy interesante para pasar a un juego de toque y pase.
La 5-2-1-2 nos permite evolucionar el equipo de faceta defensiva -imagen 1- a faceta ofensiva a través del balón, la posesión y la combinación entre jugadores. Un cambio de actitud defensa-ataque donde el equipo -imagen 2- hace avanzar la jugada de forma progresiva bien de mano de los laterales, que se irán incorporando al centro del campo hasta conformar una especie de 3-4-1-2, bien de la mano de los dos mediocentros, que harán de la línea de centro del campo su punto de llegada y partida. Y en medio de ello, el mediocentro ofensivo. El MCO será el pivote sobre el que gire -imagen 3- el juego ofensivo en tres cuartos del campo. Será el punto de partida de la última fase de la jugada. Se apoyará en los mediocentros, en los laterales y en los delanteros para generar espacios y situaciones de superioridad dos contra uno. A partir de su salida de balón, la decisión. Podrá abrir la jugada a los laterales para acabar con un centro al área, podrá filtrar el balón a los DC o podrá aprovechar los espacios que generen para entrar a portería desde segunda línea.
- Centrales. Aunque se trata de una táctica con cinco defensores, lo cierto es que por el carácter ofensivo que buscamos darla, lo mejor es abordar el puesto de central como si de una táctica de tres defensores se tratara. Busca así al menos que los dos DFC exteriores tengan una velocidad que supere los 65.
- Carrileros. Queremos jugadores rápidos, que se sumen al ataque como extremos pero que recuperen en faceta defensiva. Capacidad de trabajo Alto/Alto.
- MC. Queremos posesión y toque. Un ‘5’ clásico, de toque y destrucción, puede ser muy útil
- MCO. Pasador
- DC. Dos delanteros centros. Puede ser interesante complementar un delantero rápido con otro más estático y rematador.
Táctica personalizada:
Velocidad: 50/ Pases: 55/ Posición: Organizada
Pases: 70/ Centros: 55/ Tiros: 35/ Posición: Organizada
Presión: 39/ Agresividad: 65/ Anchura: 40/ Cubrir
La táctica está diseñada para jugar desde la posesión -velocidad 50 y pases 55- aunque con cierta velocidad, a partir de la cual el MCO encontrará mayores facilidades para buscar el pase al hueco -70- o desde los laterales buscar los centros -55-. Dados los cinco defensores, no se necesita un equipo ancho.
Podemos optar porque el equipo suba las líneas de presión para presionar arriba subiendo el valor de Presión de 39 a 80 y bajando la Agresividad de 66 a 40.
Habitualmente las formaciones son ofensivas y defensivas en función de los jugadores, su actitud o el estilo de juego, sin embargo hay formaciones que ayudan a ciertos estilos y en este caso estamos ante ello. Si bien es cierto que jugar con 5 defensas no tiene por qué implicar un juego defensivo, la 5-2-2-1 o 5-2-3 tiene más de defensivo que ofensivo. Porque es una formación que invita a partir el equipo en dos, parapetarse atrás y lanzar el juego en largo hacia los tres de arriba.
La 5-2-2-1 se sostiene sobre un pilar defensivo de siete jugadores -los cinco defensores y los dos mediocentros- mientras que la faceta ofensiva recaerá, fundamentalmente, en los tres de arriba (ED-DC-EI). Y dado que es una formación con extremos hay que valorar cuál queremos que sea el papel de los carrileros en ataque (muy al contrario de la 5-3-2 donde los carrileros ejercen de extremos en fase ofensiva).
De inicio el 5-2-2-1 no es una formación que se preste a la posesión y sí al juego directo aprovechando la presencia de tres jugadores de ataque, la ausencia de un MCO que sirva de enganche, pero sobre todo la distancia que existen entre el bloque defensivo y el bloque ofensivo, lo que incrementa la tendencia al juego directo superando así la distancia entre líneas -zona azul- mediante pases al hueco a zonas de desmarque -zona blanca- y balones en largo a los extremos, encargados bien de acabar la jugada con un remate o con un centro al DC.
- Centrales. Protegidos por carrileros, no es necesario que sean DFC rápidos. Pon en valor cualidades como el juego por alto e incluso la capacidad de pase.
- Carrileros. Si deseas que se incorporen al ataque, por en valor su velocidad. Si no se van a incorporar al ataque, mejor contundentes defensivamente.
- MC. Es una de las posiciones en las que debes pararte a pensar para qué quieres esta alineación. Si deseas parapetarte en defensa, dos MC físicos y de despliegue. Si deseas tener posesión y avanzar poco a poco, con cinco defensas por detrás apuesta por dos MC con buenos números en el pase.
Táctica personalizada (defender en campo propio y jugar a la contra):
Velocidad: 75/ Pases: 75/ Posición: Organizada
Pases: 70/ Centros: 55/ Tiros: 30/ Posición: Libre
Presión: 39/ Agresividad: 50/ Anchura: 40/ Cubrir
La táctica está diseñada para jugar en largo y rápido -velocidad 75 y pases 75- y desde esa misma rapidez buscamos los pases al hueco -70- y pocos tiros -no hay segunda línea-. En defensa, aguantar en campo propio -presión 39- pero bastante agresividad. No es necesario hacer el equipo ancho. Hay cinco defensas y solo dos centrocampistas que no pueden estar basculando a banda.
No penséis en el 5-3-2 como una formación únicamente defensiva, aunque por la disposición de sus jugadores pueda llevar a ello. Como formación con 5 defensas y 3 centrocampistas puede ser ideal para aquellos que piensan más en la defensa que en el ataque y encuentran en la contra el mejor camino al gol. Su uso solía ser habitual entre equipos que, dada su debilidad táctica y física, optaban por esperar a su rival en campo propio para salir a la contra. Solían, en pasado.
La 5-3-2 se puede vislumbrar, como ocurre en el presente, desde una perspectiva más ofensiva, más dinámica, desarrollada desde la capacidad de combinar el juego directo con la posesión, confeccionada sobre largos carrileros y el dominio en el centro del campo. Posiblemente pocos recuerdan ya al Real Madrid que levantó ‘La Octava’ Champions con cinco defensores como Salgado, Roberto Carlos, Karanka, Iván Campo y Helguera como líbero.
La 5-3-2 se estructura en un bloque compacto en el que predomina la solidez gracias a sus posiciones básicas de partida. Sus cinco defensores, con tres centrales, son el germen de la misma, si bien en dos piezas de la misma arranca la posibilidad de dar un mayor sentido ofensivo a la misma. Hablamos de los laterales (LTD-LTI), o mejor dicho carrileros (CAD – CAI). Ante la ausencia de volantes en banda su mayor o menor predisposición al ataque les convierte en un camino al gol.
En el centro del campo es innegociable un trivote con un MCD como eje y dos interiores (MC-MC) en sus costados que en función de sus características -más ofensivas o defensivas- ejercerán labores de construcción o destrucción. Todo ello para concluir con dos delanteros (DC) a los que les corresponde la tarea del gol.
Ya sea con carrileros ofensivos -imagen 1- o defensivos -imagen 2- la presión defensiva de partida en el 5-3-2 invita inicialmente a ejercerla en campo propio y cerca de las inmediaciones de nuestro área. En el primero de los casos los carrileros formarán más cerca de los centrocampistas que de los centrales, en el segundo la línea de cinco será clara. A partir de la recuperación de balón los metros y distancia hasta posiciones ofensivas determinan el estilo de juego, directo hacia los delanteros o en posesión y más lento avanzando líneas.
Hemos definido la 5-3-2 como un sólido bloque. Un bloque defensivo al que podemos hacer avanzar líneas –imagen 3– hasta el centro del campo. Los centrales empujarán desde atrás, aún a riesgo de desproteger sus espaldas. Se unirán a los centrocampistas y carrileros en el centro del campo, generando una presión alta y buscando la recuperación en las proximidades de la medular. Agresividad, intensidad, presión y físico definirán esta alternativa.
En El Rincón de Chava nos gusta apostar por el 5-3-2 como una formación ofensiva capaz de convertirse en ataque en una 3-5-2. Para ello puede usarse el cambio de actitud del equipo durante un partido, de la ‘equilibrada’ por defecto a la ‘ofensiva’ o ‘ultraofensiva’ con la que subir líneas.
Sin embargo no es la única vía para convertir la 5-3-2 en una formación ofensiva. La primera decisión parte de la actitud de nuestros carrileros. Jugadores de trabajo Alto/Alto, capaces de unirse a las jugadas de ataque, con buena capacidad de centros. La segunda decisión, los MC. Jugadores de buen pase en corto y largo, de conducción ágil capaz de alcanzar inmediaciones del área. Visión de pase o disparo una vez alcanzadas las inmediaciones del área.
Táctica Personaliza Básica
elrincondechava.wordpress.com
- Velocidad: 49/ Pases: 50/ Posición: Organizada
- Pases: 40/ Centros: 64/ Tiros: 46/ Posición: Organizada
- Presión: 66/ Agresividad: 52/ Anchura: 66/ Cubrir
Táctica personalizada básica, sobre la que hacer evolucionar el equipo. Velocidad de ataque moderada buscando la posesión, con una faceta ofensiva basada en centros al área –64-. Elevaremos o disminuiremos el valor Pases y Tiros en función del estilo de juego que buscamos y en especial de las características de nuestros MC. En el aspecto defensivo fijamos la atención en el centro del campo como lugar de presión. Comenzamos con una Presión de 66 pero podemos elevarlo hasta 80.
- Carrileros: Ataque Equilibrado
- MC central: Quedarse atrás al atacar/ Esperar rechace/ Conservar la posición
- MC izquierdo y derecho: Ataque Equilibrado / Remate y Rechace/ Libertad de movimientos
- DC: Desmarcarse
- DC: Referencia / Quedarse en el centro
En el caso de los carrileros podemos optar por ‘Sumarse al Ataque’, mientras que optamos porque uno de los DC se desmarque. Podemos optar porque ambos sean ‘Referencia’
Táctica personalizada (para robar en campo contrario y jugar a la contra):
Velocidad: 75/ Pases: 60/ Posición: Organizada
Pases: 70/ Centros: 45/ Tiros: 70/ Posición: Libre
Presión: 90/ Agresividad: 60 / Anchura: 68/ Cubrir
El objetivo es adelantar las líneas de presión -90- a campo contrario, recuperar y lanzar rápido el ataque -Velocidad 75- en largo -60- y directo -Pases 70- al marco contrario.
Táctica personalizada (para defender en campo propio y atacar con posesión:
Velocidad: 45/ Pases: 41 / Posición: Organizada
Pases: 55/ Centros: 60/ Tiros: 55/ Posición: Organizada
Presión: 39 / Agresividad: 60/ Anchura: 68/ Cubrir
Esta táctica personalizada busca esperar en campo propio -Presion 39- con ayudas de los compañeros -Agresividad 55- a la búsqueda de un robo que genererá un ataque en posesión -Velocidad 45- y pases cortos -41- si arriesgar -55- con la opción de la llegada del carrilero para poner el centro al área -60-.
Táctica personalizada (defender en campo propio y jugar a la contra):
Velocidad: 80/ Pases: 75/ Posición: Organizada
Pases: 70/ Centros: 45/ Tiros: 70/ Posición: Libre
Presión: 39/ Agresividad: 60/ Anchura: 68/ Cubrir
Táctica personalizada recomendada:
Velocidad: 47 / Pases: 49 / Posición: Organizada
Pases: 50/ Centros: 66 / Tiros: 65/ Posición: Organizada
Presión: 57 / Agresividad: 50 / Anchura: 66 / Cubrir