Sombras de Guerra… Tu mayor enemigo, el aburrimiento

El primero, Sombras de Mordor, me atrajo. El segundo, Sombras de Guerra, me aburrió. La Tierra Media: Sombras de Guerra es la secuela del exitoso Sombras de Mordor, el juego desarrollado por Monolith Productions. Una mala secuela, aburrida, repetitiva, con un hilo argumental previsible, ingenuo, de jugabilidad discreta y constantes repeticiones de fases y enemigos. No lo juegues. Ojalá alguien me lo hubiera advertido.

La historia trata de enlazar -de mala manera- el buen ‘Sombras de Mordor’ con un malo ‘Sombras de Guerra’ sostenido por un liviano hilo conductor como son Talion y Celebrimbor, el dueto protagonista del original, en busca de derrotar al Señor Oscuro forjando su propio ejército en la desolada tierra de Mordor. Punto.

A partir de ahí se acabó todo. Porque a partir de ahí arranca un juego repetivo, carente de frescura, de originalidad y que, además, te obligará, para llegar a su verdadero final -fase 10- a repetir de manera constante la misma misión durante más de 6 fases -más de la mitad del juego es un relleno- en las que Mordor te atacará tus fortalezas una y otra vez para terminar por ver una cinemática poco original. Para ello te habrás cansado de matar los mismos orcos, los mismos jefes, desesperarte con los mismos choques contra muros, las mismas malas selecciones de enemigos a la hora de atacar… No lo juegues. No merece la pena